La evocación a Mariana Grajales (Santiago de Cuba, 1815 - Jamaica, 1893) y a su ejemplar familia, ha sido una acción constante en el pueblo cubano. Es un honor recordar a quienes han participado en la continuada labor patriótica, algunos fallecidos, entre ellos historiadores, mujeres y hombres que han escrito y narrado durante años sobre los hechos gloriosos de la guerra y el ejemplo de Mariana. Ella es identidad en las cubanas de ayer y de hoy, la exponemos viva, vigente en el andar cotidiano y libre en defensa de la Revolución.
Recuerdo que en 1996, en ocasión de celebrarse un aniversario de su nacimiento, todavía en pleno Período Especial fuimos convocadas por la “Cátedra Los Maceo" presidida, entonces, por la compañera Tania Pedroso, de la Federación de Mujeres Cubanas y Belén Bueno, historiadora de la localidad de Cayo Hueso, en Centro Habana. Realizamos el homenaje en la calle, al que asistieron dirigentes de las diferentes instituciones políticas y de masas, entre ellos el Teniente Coronel Luis Neyra, de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, y la compañera Nérida Quintero, entonces secretaria general de la FMC de la Capital.
Ese día, en la calle Campanario, sentimos a Mariana más cerca, al decir de los versos de Manuel Navarro Luna: “Por allí anda la madre de los héroes, por allí anda Mariana” y en las voces de un coro de mujeres centro habaneras dirigido por Mercedes Robaina escuchamos el Romance a Doña Mariana Grajales, obra de la poetisa y actriz Magaly Alou. Hubo canciones en la voz de la intérprete lírica, Lina Milián, y poemas declamados por Olga Rodríguez Colón. Fue un día de amor y patriotismo, porque no hay acto donde se hable de la Madre de los Maceo y de todos los cubanos dignos, que le falte tales sentimientos.
Mariana es conocida en los lugares más inimaginables de la tierra. La historia, la vida y las virtudes de la insigne patriota, despiertan admiración en los movimientos progresistas del mundo. Ella es raíz antiesclavista, anticolonial y antiimperialista, del pueblo cubano.
Hace 55 años, en el discurso pronunciado por Fidel en el acto de fundación de la Federación de Mujeres Cubanas, afirmó:
“La Revolución tiene, sin duda alguna, en el sector femenino de nuestra población, un respaldo muy grande. Por eso, desde los primeros instantes se observaron una serie de actividades con la participación activa de la mujer cubana. No era nada nuevo para nuestro país. Nuestro país puede sentirse afortunado en muchas cosas, pero entre ellas, la primera de todas, por el magnífico pueblo que posee. Aquí, no solo luchan los hombres; aquí, como los hombres, luchan las mujeres.
“Y no es nuevo, Ya la historia nos habla de grandes mujeres en nuestras luchas por la independencia, y una de ellas las simboliza a todas: Mariana Grajales, aquella que le dijo al hijo más pequeño: ¡Empínate, para que vayas a luchar también por tu Patria!” (1)
Este año, en la conmemoración del bicentenario de su nacimiento, las palabras de Fidel y la vivencia y escritos de Martí referidos a Mariana, han sido el sostén para reflexionar sobre ella, enfatizando en la definición que hizo el Apóstol en el periódico Patria cuando la llamó: “raíz del alma”. Por estos días de conmemoración, ella estuvo presente en los barrios y comunidades de Cuba, a través de la Sociedad Cultural José Martí y otras instituciones culturales, militares y educacionales que hicieron suyo el legado del Héroe Nacional.
La filial en de La Habana, que dirige la licenciada Bárbara Oliva Carballo convocó a talleres, conferencias, presentaciones de libros, documentales y al concurso titulado “Cómo Martí vio a Mariana Grajales”, cuya premiación se realizó el 12 de julio.
Una de las premiadas por sus décimas a Mariana fue la poeta, y maestra Xiomara Leiva Romero, quien es creadora de talleres, uno literario cuyo nombre es “Rescatando las raíces” con alumnos de secundarias del Municipio Plaza de la Revolución; y otro de artes plásticas con alumnos de la secundaria “Protesta de Baraguá” en el Municipio de Centro Habana. Ella explicó que la Madre de todos los cubanos dignos, es inspiración permanente y agregó: “Escribí para Mariana varias décimas que resumía su historia y mi interpretación de cómo Martí la veía. Tuve la oportunidad de decirlo por primera vez en el encuentro con una biznieta de Mariana, Francisca Ulloa Romero, “Panchita”, en el Taller de Transformaciones de Cayo Hueso. Ese día, algunos adolescentes fueron premiados por instituciones culturales de esa circunscripción. Fue el resultado del esfuerzo realizado durante el curso escolar.”
“Después recibí una llamada a la casa, donde me convocaban a presentarme en la Sociedad Cultural José Martí, filial Habana, y fui por mi Club martiano. Pensaba que era una actividad normal, sin embargo, me emocioné mucho porque la actividad era para otorgarme un reconocimiento por las décimas a Mariana Grajales, tituladas “En su gran Bicentenario.”
Estos hechos son parte de la evocación continuada, que no se detendrá en el pueblo renovado e, inmortal de Mariana Grajales Cuello, Vilma Espín Guillois, Celia Sánchez Manduley, Haydée Santamaría Cuadrado, Melba Hernández y millones de cubanas que siguen por el único camino verdadero trazado por ellas.
Por: Xiomara Leiva Romero
Para Mariana Grajales
en su gran bicentenario
todo revolucionario
hoy celebra sus natales.
Tan firme en sus ideales
que a nuestra Cuba legó
cada hijo que brotó
de su vientre de mujer
pues cumplió con el deber
hasta el día en que murió.
¿Qué murió? ¡No!..., ¡no murió!
sigue más viva y gloriosa
enfermera prodigiosa
que al mambí herido curó.
Y para siempre siguió
siendo la luz que ilumina
pues su conciencia divina
devino en mito y razón
con todo su corazón
aun en la patria camina.
Aun en la Patria camina
porque es la Madre de ella:
de esta Patria que es la estrella
de la América Latina.
Cuando la tarde declina
sus párpados soñadores
estrechando los amores
de sus hijos tan amados
en cada Maceo, cifrados
¡van los cubanos mejores!
Nota
(1) Fidel Castro Ruz, Mujeres y Revolución, Editorial de la Mujer, 2006, p. 31.
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