La muestra la integran lienzos de pequeño y gran formato, así como instalaciones de objetos de nuestra cotidianidad, casi irrelevantes, tales como materiales de uso escolar, personal y para la distracción, a los cuales el artista les añade ingeniosas modificaciones para ser desmantelados de sus funciones ordinarias y ser contextualizados al espacio donde se exhiben. Por su parte, los lienzos asumen semejante proceso a través de las mismas pautas de los objetos ensamblados, los cuales también adquieren diferente dimensión.
Toda la obra en sí misma no es más que el reflejo del comportamiento humano en determinados espacios y situaciones, un ejercicio lúdico y creativo que conecta al artista con el espacio que habita, objetos que le circundan y su manera de concebir el arte.
Sin lugar a dudas, las actuales circunstancias a la que nos ha confinado esta pandemia mundial establecen un nexo inseparable con los procesos creativos de este artista. El tiempo, el ocio, la distracción, el espacio, todo se distorsiona y nos confunde.
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