Publicar en Cuba


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Como parte de sus novedades para la Feria Internacional del Libro en la Habana 2015 (FIL), la Editorial Gente Nueva cuenta con una serie de libros de autores extranjeros que generosamente ceden sus derechos gratuitamente para ser leídos por los niños cubanos. Desde hace algunos años, muchos de ellos han permitido que sus libros circulen en el mercado cubano, conscientes de que en este país el libro es subsidiado por el estado, con tal de que la población (especialmente la infancia, para la cual se destinan los mayores recursos), pueda tener a su alcance numerosas ofertas de lectura que, no solo eleven su instrucción, sino que constituyan la mejor opción para emplear su tiempo libre.

En una era mundial en que las empresas editoriales solo apuestan por lo que más vende, la política cultural cubana busca por encima de todo enriquecer el universo del lector y estos autores, conscientes de eso, ayudan permitiendo que sus obras se editen entre nosotros.

Un buen ejemplo de ello es la argentina María Teresa Andruetto, de quien aparecerá en la feria su tercer libro por Gente Nueva, al preguntarle sobre la significación de este libro en su creación laureada en el 2012 con el Premio Hans Christian Andersen y sobre el hecho de publicar en Cuba, respondió afable: “La niña, el corazón y la casa. Quiero mucho este libro, esta novela breve, demoré mucho en encontrar una voz que pudiera narrar el dolor de esa niña, pero finalmente creo haberla encontrado, creo que he podido entrar en su corazón. ¡Me gustaría, a través de ella, de su necesidad de amor, entrar en el corazón de mis lectores cubanos! Siempre es una felicidad encontrarse con nuevos lectores, otro país, otra cultura (aun dentro de la hermandad de culturas de nuestro continente) y también da incertidumbre no saber cómo será recibido lo que una escribió imaginando ser leída entre los suyos. Pero en el caso de Cuba es todavía más especial, es muy potente para mí (para mis ficciones donde lo pequeño, lo más privado, se enraíza fuertemente con lo social) el deseo de ser leída por los cubanos, con sus potentes historias de vida y de país. También está presente, en ese horizonte imaginario de lectura, mi admiración por muchos escritores cubanos, por tantos esplendidos poetas”.

Para el venezolano Armando José Sequera, autor de uno de los best-sellers de la colección Veintiuno: “publicar en Cuba es igual que publicar en mi país. Siento una enorme satisfacción al saber que mis libros estarán en manos de niñas y niños que los leerán con gusto. Además, me imagino sus sonrisas al hacerlo. Estas sonrisas, a la vez, son una retribución que me llega al alma y me conduce a pensar que han valido la pena las horas de dedicación al trabajo literario. El libro de Teresa es el compendio de los tres libros que he publicado en torno a mi personaje más conocido. Y, aunque Teresa ha crecido, para mí sigue siendo ese pequeño sol inteligente que un día partió desde mi imaginación y se implantó en la mente y el corazón de mis lectores. Cualquiera diría que ella me debe la vida a mí, pero eso no es cierto: soy yo quien se la debe a ella”.

Un autor de corte científico como el mexicano Fabio Cupull Magaña siente que publicar en Cuba es La oportunidad de que mis historias sobre la naturaleza lleguen a nuevos lectores más allá de las fronteras de mi país”. Y su libro Entre cocodrilos, aves e insectos le permite “dar continuidad a mi trabajo de divulgación científica pero, sobre todo, es otra gran oportunidad para que las ideas que se agolpan en mi mente encuentren sosiego en el vasto plano de una humilde hoja de papel y, además, logren sorprender e inquietar al lector para que conozca más sobre el ambiente natural”.

Para el lector cubano resultará muy especial la lectura de Hojas de la Hamada, que aparece en la colección Veintiuno. Según su autor, el español Gonzalo Moure Trenor, “este libro cierra un círculo. Se abrió a principios de los 80, cuando los saharauis habían sido abandonados a su suerte en el exilio del peor desierto del mundo. Miles de niños encontraron en Cuba no solo refugio, sino también educación, cultura, universidad. Entre ellos surgieron decenas de jóvenes poetas que son ahora los que mantienen la llama de su cultura mestiza: escriben en castellano y sienten en saharaui. Hojas de la hamada es mi contribución al cierre de ese círculo virtuoso, mi manera de decir a los cubanos: vuestra generosidad no fue en vano. Allí, en el áspero desierto, las imposibles flores de mariposa son las palabras posibles. Como a muchos saharauis que tienen en su ADN a España, pese a haber sido su potencia colonial durante más de siglo y medio, yo tengo el Sáhara en el mío. Había escrito cuatro o cinco novelas sobre mi otra patria, pero con Hojas de la hamada he acabado de desembarazarme de las lágrimas a fuerza de palabras y poesía. Que "llegan hasta donde las balas no son capaces de llegar” (Kabara Selma, bibliotecaria de Bubisher.org).

Otra autora muy apreciada por los niños (y adultos) cubanos es la italiana Bianca Pitzorno, en varias oportunidades nominada al Premio Hans Christian Andersen. Sobre su séptimo libro entre nosotros, La voz secreta, dice: “En alguna manera La Voz secreta es un libro autobiográfico, bien que la historia sea un poco ‘mágica’. Pero no es magia de hadas, sino la que nace de la visión ‘anímica’ que lo niños tienen de su experiencia cotidiana. En la post-guerra de los años 50, nosotros, niños italianos, de una Italia entonces pobre y sencilla, jugábamos en la calle. Pequeñas pandillas de distintas edades, donde los pequeños aprendían de lo más crecidos las llamadas ‘leyendas metropolitanas’ y vivían en un mundo raro, donde las cosas más raras eran posibles, como hacerse nacer alas de mariposa gracias al polvo colorado sacado a las alas verdaderas. Además, el libro es importante para mí, pues es el único que he ilustrado con mis propias manos. Pertenece a un grupo de novelas largas y cortas que hablan del tiempo de mi niñez, no solo de mi vida privada, sino de la sociedad italiana de aquel entonces”.

Respondiendo a ¿qué representa para usted publicar en Cuba?, Bianca Pitzorno asegura: “La primera vez que visité la isla era el ‘periodo especial’ y no había papel para los libros nuevos. Pero los cubanos seguían leyendo mucho más que los ciudadanos de países más ricos. Esto me llenó de admiración por este pueblo, y no imaginaba que un día yo también vería un libro mío traducido e impreso en Cuba. Hoy tengo 7 libros cubanos, y para mí es un milagro y un honor, que agradezco la Editorial Gente Nueva. Pese a que Italia y Cuba están tan lejos geográficamente, sus culturas y la psicología de sus pueblos se parecen, somos hermanos. Así que estoy segura que los niños de Cuba que me leen, pueden comprender y reconocerse en mis historias un poco locas y un poco ‘cotidianas”.

Carlos Marianidis, el autor de Nada detiene a las golondrinas, Destino de colibrí, ¿De dónde vienen las mariposas? y ahora Por un beso, declara emocionado: “En enero de 2002 recibí un fax de Roberto Fernández Retamar en el que decía que mi novela Nada detiene a las golondrinas había ganado el premio Casa de las Américas. Yo estaba sentado en una plaza de Buenos Aires y, aun cuando soñaba con leer esa noticia, tardé un poco en creerla. Después, lloré sobre el papel. Así comenzó a bajar el puente levadizo por el que entré al gran castillo cubano de la literatura. Desde aquellos días, tengo un sentimiento de gratitud. Y siempre es un honor abrazar a los niños de Cuba a través de una novela, una obra de teatro, un cuento o simplemente algún poema. Las imágenes que alguien forma en su mente a medida que lee un libro es algo fascinante. ¿Es posible que el autor las pueda construir con anticipación, más allá de quién reciba su obra? ¿Necesitan de la experiencia personal de los lectores para poder dispararse solas, de modo privado y único en cada caso? ¿O son una construcción a medias, entre la intención del que escribe y la ingeniería imaginativa del que lee? El primer beso es, ante todo, un juego. Y luego, simplemente, el breve intento de describir uno de esos momentos mágicos, cuando el amor que damos nos vuelve de la manera más pura”.

Otro ganador del Premio Casa de las América fue hace años un querido autor amigo de Cuba, el mexicano Gilberto Rendón Ortiz, quien sobre la experiencia de publicar acá declara: “Prácticamente desde la adolescencia Cuba ha sido un factor importante en mi formación intelectual. La seriedad del trabajo artístico y cultural que se ha desarrollado en Cuba, hace que para mí sea una enorme distinción, un privilegio, que mi obra se difunda a través de Gente Nueva, como en esta ocasión. Grillito Socoyote en el Circo de Pulgas y otro cuentos de animales, es uno de los libros que han marcado mi trabajo de escritor para niños y jóvenes, cuento con el que recibí el Premio Casa de las Américas en 1981, y este premio constituyó un impulso definitivo para seguir trabajando en una literatura que en muchos de nuestros países resulta invisible y en esos años era un campo prácticamente sin abonar en México. Grillito Socoyote… fue la metáfora que encendió mi escritura para aportar los cuentos más originales que pude escribir entonces, como fueron a su lado Cuentos del Hierbazal y Pok a tok, el Juego de Pelota”.

Una debutante en Cuba como autora es la costarricense Yazmín Ross, quien durante la antepasada feria nos confió unas hermosas ediciones de los álbumes ilustrados que ella misma produce en su tierra entre amigos y enseguida se mostró deseosa de que los niños cubanos también disfrutaran de estos libros. Para ella, que ahora aparece en un libro espejo, junto a Roberto Boccanera: “Esta es la primera vez que me publican un cuento en Cuba gracias al entusiasmo y el interés de Enrique Pérez Díaz y el equipo de Gente Nueva y me hace mucha ilusión porque sé lo especiales y ávidos que son los pequeños lectores en la isla, siempre deseosos de encontrar personajes e historias nuevas y experimentos editoriales como los libros espejo. En busca del sapito dorado es un cuento que resume una mitología indígena sobre el nacimiento del mundo y sobre el posible origen y extinción de una especie emblemática del trópico y en especial de Costa Rica. Publicarlo en Cuba me despierta muchas expectativas y también compartir la edición con otro librito de nuestra editorial El Mar Azucarado, escrito por Roberto Boccanera y que tiene toda la espontaneidad infantil que yo no tengo como autora. Publicar en Cuba siempre es una experiencia invaluable porque sabemos el esfuerzo que representa para las editoriales en todos los sentidos y porque resultar elegidos, seguramente implica dejar de lado cuentos de muy buena calidad. Lo único que lamento es no poder estar presente en la FIL y vivir en carne propia ese desfile multitudinario de vocecitas y entusiasmo”.

Otra querida amiga de Cuba, la venezolana Laura Antillano, quien nos ha visitado en varias oportunidades con motivo de las ferias del libro y al ser jurado del Premio Casa de las América y ya publicó antes por Gente Nueva sus novelas Si tú me miras y Emilio en busca del enmascarado de plata, refiere que: “Cuba ha logrado a través de los años un movimiento de comunicación muy importante a nivel editorial y publicar en Cuba es, además de publicar para los cubanos, lo que es ya un hecho de relación maravilloso en cuanto a cantidad y calidad de lectores, publicar para la América Latina y el mundo. El libro que se ha editado recientemente es un cuento para niños titulado: Mi abuelo en Navidad, con ilustraciones de un artista cubano, ello me produce un gran orgullo y es notable el interés editorial de Gente Nueva de hacer un trabajo de edición pulcro, cuidadoso, sin aspavientos ni desperdicios, por ello me enorgullece tener textos editados en Cuba”.

Quizás unos de los autores más apreciados hoy por los jóvenes del patio  sea el italiano Carlo Frabetti quien con más de una decena de libros ha conquistado el corazón de muchos. “Publicar en Cuba, sobre todo mis libros para niñas y niños, y haber recibido el premio de la UNEAC, junto con el premio aún más importante de la aceptación del exigente público cubano, supone para mí el más alto honor y el más poderoso estímulo para seguir escribiendo. Calvino es la continuación de Calvina, uno de mis libros más queridos (que en Cuba ha sido objeto de una magnífica versión teatral), relacionado también con Las islas desventuradas. En estos libros intento reflexionar, en tono humorístico, sobre la construcción de la identidad, la necesidad de superar ciertos tópicos y prejuicios, y la creciente importancia de los libros en un mundo saturado de estímulos audiovisuales”.

Otra venezolana que vuelve este año a Gente Nueva es Marisa Vannini, quien hace años nos deleitara con su novela de iniciación La fogata y de que ahora aparece El Oculto, hermoso libro que rescata mitos y tradiciones de su tierra. Para ella publicar en la isla significa “acercarme a la hermosa e importante tradición literaria y cultural cubana, a su bella y sugestiva música (el son, la habanera) que tanto aprecio y que me acompaña desde mi juventud; a su rico patrimonio folklórico, y a través de ese viaje presencial que tanto he deseado, posiblemente encontrar nuevos temas de inspiración para mi creación literaria. Mi libro El Oculto forma parte de una serie de obras indigenistas (El mundo mágico de los Yukpa, La fogata, El Chamán de los Cunaguaros) que he dedicado a las queridas y valiosas etnias indígenas de Venezuela. Este libro narra el encuentro de Lágrima Brillante, descendiente de cumanagotos, con el Mendigo de Mar, descendiente de corsarios holandeses y celebra la amistad entre pueblos distintos y lejanos, y la significación espiritual de un tesoro oculto, que no se encuentra pero que ilumina sus vidas”.

Para el peruano Hernán Garrido Lecca, inédito hasta ahora en nuestro país: “Publicar en Cuba significa para mí, de cierta manera, un premio: significa llegar a un gran grupo de niños que leen y que aprecian la literatura. "La increíble historia..." narra la peripecias de dos niños peruanos que viajan en el tiempo y que también pudieron ser cubanos con lo que, una vez más, las raíces comunes de nuestras culturas quedan entrelazadas mediante la literatura. Espero que al publicarse esta historia en Cuba podamos tender un puente más entre nuestros pueblos”.

 Aunque Cuba no sea la meca de grandes transnacionales de la edición, ni los autores extranjeros aquí perciban enormes dividendos por regalías, cuantos aquí testimonian su adhesión y otros muchos que se acercan a nuestro catálogo, valoran el enorme esfuerzo de que en este país se editen libros, la avidez por leer y la cultura del pueblo cubano que masivamente acude a las ferias del Libro y, por supuesto, la repercusión que, al aparecer en nuestra tierra, su obra tiene en todo el hemisferio. Pese a que por razones económicas muchos no nos acompañen en la FIL 2015, aquí estarán sus obras y de nuevo el lector tendrá oportunidad de conocer otras historias, otras realidades, otros sueños de quienes con una obra seria y llena de sugerencias se inventan un futuro mejor para el mundo.


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