Rachel Valdés juega con las experiencias sensoriales del público, cambia ángulos, recrea ambientes, distorsiones mediante espejos, utiliza colores llamativos para retocar cada pintura sobre fondos oscuros, indaga en otras realidades mediante la fotografía, crea, transforma.

Su estilo —muy Rachel Valdés— ha sabido colocarse entre los gustos de los amantes de la amplia gama de las artes plásticas en Cuba y el mundo. A partir de ahora cuenta con un Open Studio, cita en 10 entre 15 y 17, en El Vedado capitalino, inaugurado como actividad colateral durante la XIII Bienal de La Habana.

En este espacio se muestran los cuadros más representativos de la artista, además de su trabajo fotográfico e imágenes de sus instalaciones más conocidas. Una sesión de composición infinita donde alude al uso de los espejos y los reflejos, haciendo gala a las obras presentadas en las bienales anteriores.

“Es difícil abrirse así, honestamente no me fue fácil. Como artista soy bastante reservada y no me gusta mostrar los lugares donde trabajo y ahora quiero hacerlo para acercarme al público; siento la necesidad de compartir un poco con la gente estos espacios íntimos. Vamos a hacerlo porque en la Bienal es cuando está el ambiente y las energías receptivas hacia el arte”, aseguró la joven artista.

Por su parte, el curador Nelson Herrera refirió la importancia de los Open Studios en Cuba y cómo se convierten en espacios de expresión del arte. “Rachel se debía a sí misma y a todo su público inaugurar este espacio”, comentó.

Sobre la joven creadora aseguró que es una artista que se ha manejado en todas las expresiones de la visualidad, a partir de muchas técnicas artísticas y de la imaginación. Reconoció además como su trabajo demuestra el aprendizaje que adquirió en la Academia de San Alejandro, así como el dominio de los pinceles y la acuarela. 

“La habíamos conocido en la pintura, después en la instalación y la fotografía. Se puede considerar una artista multidisciplinaria, pese a que muchos creadores prefieren volcarse en una sola manifestación. Aunque es muy joven se está convirtiendo en una autoridad dentro del arte cubano contemporáneo”, agregó Herrera.

Finalmente,el curador concluyó expresando una de sus aspiraciones: que el Open Studio de Rachel Valdés sea parte de los catálogos de las bienales que aún quedan por venir.

RACHEL Y DETRÁS DEL MURO

La artista plástica cubana recordada de las ediciones XI y XII de la Bienal de La Habana con su espejo Felices para siempre y Cubo Azul, es parte del Proyecto Detrás del Muro, con su obra Inmersión.

“Es una pieza interactiva, una pieza que invita al espectador a explorar diferentes experiencias sensoriales, o sea, visuales, cambiando ángulos, recreando nuevos ambientes a partir de un redimensionamiento, creando nuevas distorsiones con espejos, con filtros de color. Básicamente es eso, sumergirte en una idea y en un escenario distinto”, describió Valdés.

La instalación parte de una serie de diálogos visuales, como distorsión de la realidad y cambio cromático de una escena para sumergirse en una idea, en un espacio y en un color determinado. El espectador tiene amplia libertad y movimiento dentro de la pieza y a su alrededor, convirtiéndose así en sujeto activo, parte de la obra.

A decir de Rachel el objetivo de Inmersión es crear conciencia del espacio que habitamos y concientizar de toda la apertura e infinidad de los horizontes y el universo. Contó también que es una extensión de su serie de instalaciones del proyecto Realidad, el cual desarrolla desde hace ocho años y donde todas las obras están conectadas bajo la idea de crear nuevos ambientes y escenarios.

Inmersión está emplazada en Malecón entre Cárcel y Genio, y después de concluida la Bienal, a petición de Eusebio Leal, Historiador de la ciudad, la obra quedará expuesta en el Castillo de la Real Fuerza de la Habana como regalo a la Villa de San Cristóbal en sus 500 años.

Rachel Valdés cuenta con otras intervenciones en esta edición de la Bienal de La Habana, y tal es el caso de la muestra colectiva HB, en la cual participa con seis acuarelas de su serie En el espacio. Sin dudas, propuestas diferentes e interactivas, durante el mes en que las artes plásticas asaltan a La Habana.