Ruta de la rumba, sendero de cubanía


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Manos, pies, caderas si no es cuerpo entero, pero resulta imposible resistirse al movimiento, hay que saludar a los tambores que guían el trayecto por la Ruta de la Rumba, camino trazado con ánimos de festival que incluye, en esta su X edición, a nueve provincias de Cuba.

En el habanero barrio de Belén comenzó la fiesta que continuó en Pinar del Río, y ya reafirmó a Matanzas como territorio fundamental en la vitalidad del género afrocubano, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El 21 de agosto último confluyeron defensores de tradiciones en el Museo de la Ruta del Esclavo, sitio que perpetúa la huella del continente cuna de la humanidad y denuncia la discriminación y explotación del hombre.

En el otrora Castillo de San Severino Los Reyes del Tambor, agrupación que celebra tres décadas de existencia, demostró la capacidad de aunar individualidades mediante el baile que despierta cuando suenan los cueros y se elevan oportunamente las voces.

También en la urbe de ríos y puentes, Los Muñequitos de Matanzas, con más de 65 años de fundados, se reafirmaron ser baluartes de cultura cubana, orgullo de la barriada de La Marina, donde cualquier calle es escenario, donde resulta común encontrar hijos de Yemayá, Ochún o Changó.

En dos días de Festival la localidad, que cumplirá 325 años de nacida el 12 de octubre venidero, convidó a sus hijos a participar en conciertos, encuentros, y clases de percusión, para reverenciar el valioso legado de la longeva África en Cuba.
Afirmó Ulises Mora, presidente del Festival Internacional Ruta de la Rumba, que la fuerza de las guerras mambisas se expresa en los bailes afrocubanos; en la escala de valores que sostiene culturalmente a la Isla ante la globalización, la rumba ennoblece a la humanidad.

Después de la tierra de Esteban Bacallao (Chachá) y Hortensio Alfonso (Virulilla), seguirá el jolgorio en Cienfuegos, Trinidad, Ciego de Ávila, Camagüey, Santiago de Cuba y Guantánamo, explicó Irma Castillo, directora artística del evento, al cual convida Timbalaye, promotor internacional de cultura cubana auspiciado por el Ministerio de ese sector en la Antilla Mayor.

Durante su paso por Matanzas, Ulises Mora no resistió la tentación, salió a bailar más de una vez y junto a él, muchos otros cubanos de piel clara u oscura, todos convencidos de que en la Ruta de la Rumba se demuestra la dignidad de la cubanía. 


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