Showcase en CUBADISCO: Una muestra de la buena música


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Fotos: Cortesía del autor.

El Showcase es un muestrario de lo mejor que acontece en la música popular cubana. Con un amplio surtido sonoro-popular se abastecieron las expectativas de un exigente público, que disfruta y aprecia la música desde lo tradicional hasta lo más contemporáneo. En la noche del 25 de septiembre, en el Centro Cultural La Plaza de 31 y 2, en La Habana, sede del evento Cubadisco 2018, se develó a través de diferentes géneros, las orquestas y grupos que ocupan la Primera Línea en lo que consideramos la música de mejor calidad y, en consecuencia, la más solicitada, nacional e internacionalmente.

El Septeto Habanero, agrupación nacida en el año 1920, dio muestras a través de sus voces longevas de un Son lleno de fuerza y de vigencia. Bastó escuchar la obra Loma de Belén, del compositor cubano Abelardo Barroso, o repetir el coro “… mira esa negrita como viene”, para comprender que no han quedado en el pasado esos sones de picardía y sabor único. Se puede decir, con tono seguro, que esos músicos tocan un Son “bien cerrao”, ese Son que tanto nos prestigia internacionalmente, y que nos viste de cubanía desde los pies a la cabeza.

Pero la noche del showcase nos esperaba para darnos más sorpresas. Un quinteto de voces mágicas supo acariciar un repertorio que, por la complejidad armónica de las obras, demostró un trabajo de gran rigor técnico, pero a la vez, de mucha belleza. El quinteto Vocal Retro tocó a través de sus voces el corazón del público. Con la dirección de Raimundo Villaurrutia, deleitaron el espacio con la obra Llora, de la compositora Martha Valdés; Eu sei que vou te amar (Yo sé que voy amar), de los compositores brasileños Vinicius de Moraes y Antonio Carlos Jobim; así como con otras obras de compositores caribeños. Un recorrido que culminó en unas de las canciones más conocidas de Los Zafiros, Baila la Rumba como quiera, del compositor cubano Rolando Vergara.

La diversidad rítmica que caracteriza a la música cubana no podía excluir, esa noche, al género que sella nuestra identidad: La Rumba.

A cargo de la agrupación Yoruba Andabo, los genuinos toques del guaguancó provocaron que sedentarios y simples espectadores abandonaran la pasiva actitud, y movieran sus hombros y pies al ritmo de una contagiosa clave, cuyo coro devenía como una verdad irrefutable: “… si tú no baila con esto, no baila con na´”. Yoruba Andabo, no ha dejado de ser aquella agrupación nacida en el año 1961, fecha desde la cual comenzaron a dejar huellas de éxitos imborrables, como la que, aun, queda en el recuerdo junto a la célebre cantante Merceditas Valdés, en ocasión del disco que se grabara por los 35 Aniversarios de la Egrem, en el año 1986.

El virtuosismo y la genialidad esa noche vinieron acompañados por el jazzista – saxofonista, César López. Más allá de asombrarnos con su habilidad en la ejecución del instrumento, supo construirnos una emoción, nos dibujó con notas musicales la belleza y lo divino. Fue capaz de transportarnos a un estado de sublimidad con su media voz, al cantar las obras cubanas Tú, mi delirio, del compositor Cesar Portillo de la Luz, o Quizás, quizás, quizás, del autor Osvaldo Farrés.

Por su parte la propuesta de la joven agrupación Toques del Río, alcanzó la atención de los espectadores con su individual forma de mezclar y fusionar nuestros ritmos con otros foráneos. La joven agrupación fundada en el año 2002, en la provincia de Pinar del Río, es una muestra de la forma diversa con que hoy se proyecta la música alternativa, pero sosteniendo en su esencia, el sabor cubano.  

Por último debo acotar que Emilio Frías, quien supo dejar su huella en la agrupación Tumbao Habana y, posteriormente en la orquesta de Elito Revé y su Charangón, con su peculiar voz y forma de cantar, ha conquistado nuevamente el favor del público. Luego de emprender un camino llevado por la suerte de su propia empresa creativa, el cantante, fundador y director de la agrupación El Niño y la Verdad, confirma su talento con éxitos como Y le dio una cosa mala o Vuelve a La Habana. Su excelente presentación en el showcase permitió cerrar la noche con una alta temperatura. No hubo quien no se alejara de su mesa para buscar el espacio adecuado y tirar su pasillo. Al terminar la presentación, entre aplausos y sonrisas de agradecimiento, se escucharon las voces que expresaban sus deseos de continuar al ritmo de la joven orquesta.

Y es que el Showcase del Cubadisco 2018 confirma que la salud de la música cubana se encuentra cada vez más robusta y llena de vida. Lo dicho, nos sugiere, que a pesar de lo invasivo que ha sido el reguetón con su contenido, en la mayoría de los casos lesivo para la cultura, aun se encuentran firmes los muros de contención que forman nuestra rica historia musical, esa que nos identifica y nos afirma como un pueblo hacedor de la buena música, para orgullo de todos los cubanos.


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