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Teatro de la Villa: medio siglo de vida y mucho más


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Cartel de Hansel y Gretel.

El día 13 del mes de diciembre  que recién vivimos  el Teatro de la Villa estrenó una nueva versión del conocido cuento Hanzel y Gretel como momento culminante en la celebración por su medio siglo de existencia, que va  aparejada con los cincuenta años de trabajo teatral de sus directores artísticos: Tomás Hernández Guerrero (quien es, además, su Director General) y María Elena Tomás.

El inicio puede contarse, como lo hizo el investigador Freddy Artiles, como una historia de amor, puesto que el origen de toda esta aventura se remonta al año 1964 cuando Tomás Hernández era Profesor de Español en la Secundaria Básica Jesús Lancha y María Elena era, entonces, su novia. Los jóvenes enamorados crearon en la escuela un Círculo de Interés de Teatro que al breve tiempo se convertiría en un grupo teatral aficionado con el nombre de Federico García Lorca. Este suceso ocurrió exactamente el 17 de diciembre del referido año.

María Elena y Tomás se casaron y formaron una familia mientras el grupo teatral obtenía reconocimientos y premios en los festivales de aficionados provinciales y nacionales y en 1975 cambió su nombre por el de Raúl Gómez García, y en 1976, valorando la intensidad y los logros de su desempeño, recibía un local para que lo emplearan como espacio de trabajo, en la esquina de las calles Desamparados y Dr. Mora, en el mismo centro de la Villa de Guanabacoa, a breves cuadras del Parque y de la Iglesia de la ciudad.

Sin detener ensayos ni funciones Tomás, Elena y el resto de sus integrantes de aquella fecha comenzaron  a hacer habitable el inmueble recibido, que, construido a mediados del siglo XVIII, había tenido luego una profusión de usos tales como carnicería, escuela de varones, cuartel de bomberos, escuela de música y de artes plásticas hasta resultar un almacén abandonado. Por espacio de un año los artistas derribaron y construyeron paredes, pisos, techo hasta conseguir inaugurar una nueva sala teatral el 1ro. de Octubre de 1977.

Durante los años que vendrían, con el apoyo de las instancias del territorio fueron construidos camerinos y un salón de maquillaje, se mejoró el lunetario, se terminó el tabloncillo que sirve como escenario y se instalaron los equipos de luces y de sonido. Ya hacia 1996 el local fue objeto de una reparación general y en  el 2002 se terminó el trabajo de climatización, mientras que en 2013 se cambiaría nuevamente el lunetario. 

Durante ese mismo año de 1977  comenzó el trabajo teatral dirigido a los niños, que, curiosamente, luego resultó la línea fundamental de trabajo del grupo. A la presentación de espectáculos la institución ha sumado la realización de talleres de apreciación teatral  para cuatro niveles de edades que van desde los pequeños de 4 años hasta los adolescentes de 13; los Pequeños Conciertos para Niños, realizados entre los meses de  marzo y  junio, cada domingo antes del comienzo de las funciones teatrales, y La Callecita de los Cuentos , una acción diversa que une canciones, juegos y narraciones en las tardes dominicales de octubre a febrero en la estrecha calle aledaña a la instalación, reconocida La Callecita… en 1998 con el Premio Nacional de Cuentería, conferido por la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica “por su excepcional contribución a la cultura, la comunicación y el mejoramiento humano”.

En 1990, tras la reorganización administrativa que sufría el ámbito de las artes escénicas con el surgimiento del régimen de proyectos artísticos, nació a la vida profesional el Teatro de la Villa, que, en 1991, en pleno Período Especial, puso en práctica una iniciativa que resultaba inimaginable  en aquella difícil coyuntura económica: la celebración anual de los Encuentros de Teatro Profesional para Niños y Jóvenes, que en sus dos primeras jornadas convocaron a los colectivos profesionales de La Habana, pero que a partir de la tercera extendió su convocatoria a todo el país, con carácter competitivo y frecuencia bienal y, posteriormente, admitió grupos extranjeros. Dichos encuentros, además de ofrecer funciones en las sedes oficiales del evento, significaron la extensión de las presentaciones a escuelas, parques, plazas, círculos infantiles y sociales de la comunidad e incluyeron exposiciones, lanzamientos y ventas  de libros y revistas de teatro, junto a un espacio de reflexión con talleres, paneles y conferencias sobre diversos aspectos del teatro para niños y jóvenes. El último de estos eventos, que sustituyeron a los Festivales Nacionales de la especialidad  una vez que estos recesaron en 1990, tuvo lugar en el 2007, instante en que por razones ajenas a la voluntad del grupo se interrumpió su realización sin que mediara explicación alguna.

Paulatinamente, y como parte de su desarrollo orgánico y de las relación estrecha del grupo con su comunidad inmediata, el Teatro de La Villa ha ido recuperando su línea de programación dramática para el público adulto. Durante años se programaron obras en las noches de sábados solamente en los meses de verano, hasta que el pasado 2014 se probó a mantener las funciones durante todo el año y se ratificó la existencia de un público bien dispuesto para este disfrute. Ahora, ya el grupo muestra un repertorio activo de seis obras para tal menester, mientras exhibe un repertorio activo de veintidós obras para niños y jóvenes, resultado de un trabajo tenaz y responsable de mantenimiento y actualización del repertorio que tiene muy en cuenta las características de la posición geográfica de esta sala teatral, ubicada en un municipio de la periferia de la capital. En este particular tema de política de repertorio se puede decir que no existe agrupación teatral en el país que se le iguale. Del mismo modo resultan proverbiales en todo el movimiento teatral su organización interna y su rigor.

Producto de la exigencia que rige su funcionamiento y de su esfuerzo el Teatro de la Villa sobrecumple anualmente su plan de funciones, de asistentes, y de recaudación, mediante reposiciones y reestrenos anuales que involucran a los artistas más jóvenes del elenco y a los cuales se suman los estrenos.

Por ello los integrantes todos del Teatro de La Villa arribaron con orgullo a su segundo estreno de este recién pasado 2014: Hanzel y Gretel, en versión de Ernesto Adrián Monzón, obra que continuará en cartel durante todo el primer trimestre de este 2015 y que cuenta con una formidable acogida de público, mientras preparan osadas sorpresas para el año que ya comienza.


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