Yaguaramas y Henry Reeve: la solidaridad que nos une


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Yaguaramas es un sitio histórico, ubicado en el municipio Abreus, provincia de  Cienfuegos, el cual fue declarado monumento nacional en octubre de 1978 y testigo del coraje del patriota de origen norteamericano Henry Reeve y de su caída en combate por la independencia de Cuba durante la Guerra Grande.

La dimensión internacionalista de Reeve se entrelaza en múltiples aspectos y ha estado siempre presente en los cubanos, pero se multiplica ahora ante el mundo al ser creada y bautizada con su nombre la Brigada Internacional Médica Especializada en Situaciones de Desastre y Graves Epidemias “Henry Reeve” de Cuba.

Es un ejemplo que evidencia que el internacionalismo se expresa de múltiples formas y que es una de las vocaciones más nobles de los seres humanos.

Las razones altruistas y de justicia de más de cuatrocientas acciones de guerra por la libertad y la eliminación de la esclavitud en un país que no era el suyo de origen, están contenidas en las razones solidarias de la brigada que ya ha estado en decenas de países de Europa, África, Asia, América Latina y el Caribe, divulgando los valores esenciales del internacionalismo y brindado valores humanos y salud.

El accionar de la brigada durante 15 años, lleno de riesgos  y sacrificios, ha sido también escenario de reconfortantes estímulos morales, de sentidos agradecimientos de los países y de los pacientes atendidos y de sus familiares. Incluso el impacto producido ha proporcionado la obtención de diversos premios nacionales e internacionales y posibilitó que este contingente de batas blancas fuera propuesto para el Nobel de la Paz, por diversos países, organizaciones internacionales, personalidades mundiales y miles de individuos en el mundo.

En cada una de estas acciones humanas ha estado el espíritu y el ejemplo de Henry Reeve, el inglesito, como lo llamaran cariñosamente.

El hombre

Nació en Brooklyn, New York, el 4 de abril de 1850 en el seno de una familia que se ocupó de brindarle a Henry una esmerada educación. Se narra por diferentes autores, que cuando adolescente, el asesinato del presidente norteamericano Abraham Lincoln dejó un importante efecto en Reeve, que pudo haber impulsado su incorporación a la guerra de secesión. El futuro combatiente internacionalista peleó en las filas del norte anti-esclavista contra los sureños esclavistas.

Trabajando como tenedor de libros a los 19 años entró en contacto con la influencia de los revolucionarios cubanos emigrados en esa tierra. Atraído por las ideas que difundían y en línea con sus propios sentimientos antiesclavistas y liberales, decidió apoyarlas de hecho, incorporándose a las huestes cubanas que peleaban a golpe de machete por la liberación de Cuba del colonialismo español.

Una muestra de su carácter y voluntad fue el aprendizaje del idioma español auxiliándose de un ejemplar incompleto de “Don Quijote de la Mancha" confiscado en un asalto, idioma que llegó a perfeccionar con soltura y correcta dicción.

El patriota en Cuba

Para participar en la guerra de independencia de Cuba se enroló en la expedición del vapor “Perrit” con el nombre de Henry Earl y el cargo de soldado ordenanza del general Thomas Jordan, jefe de esa expedición que desembarcó el 11 de mayo de 1869 por la península de “El Ramón”, en la Bahía de Nipe, en la costa norte de la provincia de Oriente.

La expedición fue emboscada por el ejército español mientras descargaban los materiales y Reeve fue hecho prisionero, junto a muchos otros. Los españoles los fusilaron a todos y los dejaron sin enterrar, dándolos por muertos. Reeve tenía cuatro heridas de bala pero tuvo suficientes fuerzas para arrastrarse y fue encontrado por fuerzas independentistas cubanas.

A partir de entonces, fue conocido entre las tropas como Enrique, el americano y apodado “El Inglesito” por el Mayor General Ignacio Agramonte, quien ascendió rápidamente bajo su mando. A cambio, Reeve dio a Agramonte su apodo: “El Mayor”. Sirvió con distinción; inicialmente bajo este último y posteriormente bajo el Mayor General Máximo Gómez Báez.

Bajo el mando de Agramonte, Reeve participó en muchas acciones, incluyendo el rescate del brigadier Julio Sanguily en octubre de 1871; quienes junto a otros 34 jinetes vencieron a una tropa española de 120 hombres.  

Durante una acción decisiva, Reeve se abalanzó sobre una batería de artillería enemiga, levantando la moral del ejército independentista cubano, pero recibiendo una grave herida en la pierna, pese a ello y a las condiciones de la manigua pudo volver a caminar gracias a su perseverancia y con ayuda de tirantes metálicos, para cabalgar era atado a la montura del caballo. Así, continuó liderando el afamado Cuerpo de Caballería del Camagüey hasta su caída en combate.

El 6 de enero de 1875 apoyó con fuego la trocha de Júcaro a Morón para facilitar el paso del contingente invasor con Máximo Gómez al frente hacia Las Villas.

Reeve quedó al mando de las fuerzas en Camagüey, pero poco tiempo después solicitó al gobierno que le permitiera participar en la invasión. Al ser autorizado, pasó a Las Villas para incorporarse a las fuerzas de Máximo Gómez, en Ciego Potrero, Santi Spiritus. Este lo nombró jefe de la segunda división que abarcaba a la jurisdicción de Cienfuegos y el Occidente de Cuba. Sobre Henry, Goméz apuntaría:

“Reeve es de un carácter puramente militar, une a un valor probado, una rectitud y seriedad poco comunes en su modo de mando. De ahí que sus soldados a la vez de un respeto profundo le quieren como un padre”.

Junto a Maceo y Gómez macheteó duro, comisionado para llevar la guerra a Occidente, al ser nombrado jefe de la vanguardia mambisa. En apenas seis meses asaltó más de 50 ingenios y destruyó no pocos bienes con los que los españoles sufragaban los gastos de la guerra. Aparecía y desaparecía para pavor de los españoles.

Caída en Combate

Mientras desarrollaba una campaña entre los territorios de Colón y Cienfuegos, conoció de la cercanía de los españoles en el poblado de Yaguaramas. Decidido, como siempre fue su característica, partió hacia ellos y cargó al frente de su tropa.

El combate era desigual aquel 4 de agosto de 1876, y comprometida la seguridad de sus tropas, ordenó la retirada. Mientras cubría a su tropa recibió una herida en el pecho y después otra en la ingle. Al caer del caballo, recibe otra en el hombro. Al enemigo matar su caballo y no poder valerse, su ayudante le ofrece otra bestia, la cual rechaza y le ordena que se retire porque lo iban a matar. El inglesito convertido en gigante siguió defendiéndose con un machete en la mano y en la otra un revólver hasta que, agotadas las fuerzas y las municiones, se dio un tiro en la sien para no caer vivo en manos del enemigo.

Al morir contaba con 26 años de edad de los que dedicó siete de su juventud a la causa de la libertad de Cuba.

A la historia de  Yaguaramas, uno de los más antiguos pueblos de Cuba[1], se integra la de este joven norteamericano, símbolo de internacionalismo que se renueva en la Brigada de salvadores de vida física y espiritual.

Los orígenes de la brigada

En agosto de 2005 el huracán «Katrina» devastó Nueva Orleans en Estados Unidos, dejando imágenes desoladoras. Se trata del huracán que ha provocado más daños económicos, así como uno de los cinco huracanes más mortíferos, de la historia de los Estados Unidos de Norteamérica.

En respuesta al huracán Katrina, Cuba reunió a más de 1500 de sus médicos para ofrecer asistencia humanitaria a los Estados Unidos. La oferta altruista y humanista fue rechazada por el entonces presidente George W. Bush.

Aquello fue el origen de la creación oficial en septiembre de 2005 de la Brigada Henry Reeve a instancia del comandante en jefe  de la revolución cubana Fidel Castro y su visión de futuro. El nombre de la brigada, honraba la memoria del patriota de vocación internacionalista y ejemplo de coraje. ​

En octubre de ese mismo año la Brigada Henry Reeve acudía en ayuda del pueblo de Guatemala, donde acudieron más de 650 especialistas por las graves inundaciones ocurridas en ese país. Semanas más tarde, otro grupo de médicos y personal de la salud fueron enviados a Pakistán, donde 70 mil personas perdieron la vida y más de 100.000 resultaron heridas por un terremoto de magnitud 7,6, fue una de las primeras en acudir a combatir el Ébola en los países africanos y ha sido ejemplo ante la actual pandemia de la Covid 19 con decenas de brigadas en lugares de muy alto riesgo epidemiológico; y así sucesivamente se ha ido desarrollando una colaboración cada vez más amplia en diferentes regiones del mundo. Esa es la historia de la Brigada Henry Reeve hasta nuestros días, ejemplo de abnegación.

Es una brigada de respuesta rápida a las solicitudes de otras naciones con un personal especialmente entrenado para atender diferentes tipos de catástrofes: epidemias, huracanes, inundaciones u otros fenómenos naturales de gravedad.

Referencias:

  • Monumentos Nacionales de la República de Cuba. Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
  • 4 de agosto de 1876 «Muere Henry Reeve, “El inglesito”»
  • Henry Reeve Carrol y Santiago F. Ramon y Cajal en la Guerra de 1868
  • «Castro: U.S. hasn´t responded to Katrina offer». CNN. Consultado el 1 de junio de 2011. 
  • Instituto de Historia de Cuba. La colonia
  • Trabajdores.cu
  • Cubadebate
  • «https//.ecured.cu/index.php?title=Yaguaramas (Cienfuegos)&oldid=2722636»Activar previsualizaciones

Nota:

[1] El poblado de Yaguaramas en relación a la colonización de Cuba, se puede afirmar que es uno de los más antiguos de Cuba. Investigaciones realizadas indican que el padre Dominico, Fray Bartolomé de las Casas, quien acompañó a Diego Velázquez en la conquista y colonización 1511, ofreció misas en ese poblado.


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