Cuando la nueva historia de esta Capital Pinareña se escriba habrá una página que en relieve de oro dirá: “26 de Noviembre de 1941: Pinar del Río queda emancipada del degradante mote de «La Cenicienta»”. ¡No harán falta más palabras para describir un hecho tan trascendente!

 Héctor Garmendía, 1942.[1]

 

Dentro de las fechas conmemorativas que acompañan la historia de la ciudad de Pinar del Río, un lugar significativo ocupa el “Día de la Dignidad Pinareña”, acontecimiento que trasciende su original contexto (década del 40 del pasado siglo) para devenir, a partir del año 2014, punto inicial para la Jornada de la Cultura Pinareña, ocho días de encuentro y reflexión en torno al pasado, presente y futuro de la ciudad que tiene por cierre el 3 de diciembre, “Día de la Medicina Latinoamericana”, donde “predominan las manifestaciones de la cultura en las calles e instituciones públicas con amplia participación de la población”.[2]

El presente trabajo aborda, mediante la puesta en valor del patrimonio documental,[3] los orígenes y significación cultural del “Día de la Dignidad Pinareña”, esencialmente a partir de las actas capitulares del Ayuntamiento que gestiona el Archivo Histórico Provincial de Pinar del Río; y el Heraldo Pinareño, colección a cargo de la Biblioteca Nacional José Martí, fuentes que permite a los investigadores no solo datar el origen de una obra o un acontecimiento; sino también, las coordenadas que condicionaron su expresión. Se añade a ello, con el mismo carácter documental, la modesta pero valiosa papelería legada por Juan José Rodríguez del Haya a su hija Lourdes Marina Rodríguez Peral, una especie de reliquia familiar que desencadena en sus miembros sentimientos de orgullo, añoranza y recuerdos; emociones asociadas a los bienes que adquieren carácter patrimonial.

Desde la investigación social y humanística, en particular aquellas vinculadas al devenir del proceso de patrimonialización cultural a tenor del papel asignado a la municipalidad en la Ley 155/2022. “Ley General de Protección al Patrimonio Cultural y al Patrimonio Natural” de la República de Cuba, persigue contribuir al reconocimiento del inestimable servicio que prestan las instituciones gestoras del patrimonio documental al desarrollo cultural de las “patrias chicas” y la Nación,[4] sin ignorar por ello que se asiste a un fragmento de la percepción y representación que del Día de la Dignidad Pinareña codificaron los pinareños sobre convenciones culturales y prácticas sociales sedimentadas en su espacio y tiempo; un texto cultural[5] que marcó la imagen de la ciudad de Pinar del Río hasta el presente.   

Las actas capitulares del Ayuntamiento de la ciudad de Pinar del Río señalan como espacio legitimador de la celebración del “Día de la Dignidad Pinareña”, la sesión correspondiente al 2 de agosto de 1943, presidida por Tomás Calero Pino con la asistencia de Luis E. Callava Ferreiro, segundo secretario, y la presencia de los concejales Cándido Álvarez Cruz, Pablo M. Cuevas, Aurelio Carasa Laviña, Nemesio Díaz Macías, Agustín Duarte, Silvino Estrella Labrador, Manuel Fernández Pérez, Pedro Novales Cruz, Julio C. Pila Aldecoa, Plácido Rodríguez, Ramón Rodríguez Hernández y Domingo Zamora. La propuesta está fechada el mismo día de la sesión y firmada por los concejales Callava Ferreiro, Carasa Laviña, Pila Aldecoa y Agustín Duarte,[6] un documento estructurado en cinco Por Cuantos que argumentan la aprobación de cuatro acuerdos.

Un análisis de contenido de los Por Cuantos indica que los números 1, 2, 3 y 4 centran la atención en el Comité “Todo por Pinar del Río” y el alcance de su accionar, destacando: primero, que se trata de “un grupo de ciudadanos interpretando el sentir, las ansias y el clamor del vecindario pinareño”; segundo, la repercusión de sus iniciativas en el saneamiento del municipio, al tiempo que subraya su originalidad por no contar con antecedentes en la historia local; tercero, el vacío que llena dicho accionar ante “la indiferencia gubernamental” y, cuarto, ilustra con ejemplos concretos el altruismo de sus miembros, al no “omitir sacrificio ni personal, ni económico a fuer de llevar a vías de hechos y realización su propósito”. El quinto acota el deber que compete a la municipalidad reconocer aquellos ciudadanos que, “sin tener cargos oficiales ni tener más deberes que los demás se distingan laborando para la colectividad” que representa.

¿Pretenden lo autores que el Ayuntamiento enaltezca la labor del Comité en su desempeño como sociedad civil?, como “espacio desde el cual los ciudadanos participan – a través de la palabra y la acción – de la construcción de un destino común de vida”. Gonzalo Gamio Gehri, Dr. en Filosofía, dice al respecto: “La presencia de ciudadanos organizados en las instituciones de la sociedad civil permite que los asuntos públicos no queden exclusivamente en las manos de una cúpula de gobierno o de un grupo de políticos profesionales, partidarizados o «independientes»”.[7] En relación con los acuerdos: 

Primero:- Declarar como día de la Dignidad Pinareña el 26 de Noviembre de cada año por ser la feliz fecha escogida por el ya mencionado grupo de ciudadanos para la constitución del referido Comité "Todo por Pinar del Río":- Segundo.- De que a fin de que perdure para la posteridad como un estímulo para la ciudadanía se elija una tarja, lápida o cualquiera otra constancia en uno de los lugares en que han sido realizadas obras por dicho Comité en homenaje a sus componentes y todos los recursos que han cooperado con éste,  testimoniando así la gratitud que debe sentir nuestro pueblo por tan digna empresa:- Tercero:- Que el costo de la tarja o lápida o cualquiera otra manifestación conmemorativa se tome del Capítulo de Festejos de este Ayuntamiento.: Cuarto:- Que se declare día festivo en este término el próximo día 26 de Noviembre, fecha en que quedará inaugurada la ya referida tarja o lápida, la cual llevará una inscripción alusiva al acto que se conmemora, quedando el Ejecutivo Municipal encargado de la redacción de la mencionada suscripción, debiéndose invitar al pueblo en ese día, así como a los componentes del Comité Central "Todo por Pinar del Río" en esa fecha para su asistencia al acto.

El interés en hacer perdurar para la posteridad la declaración del 26 de noviembre como “Día de la Dignidad de Pinareña” mediante una construcción conmemorativa (tarja, lápida o cualquier otra), ¿podría considerarse expresión de la actuación de la municipalidad en el proceso de patrimonialización en el territorio que administra? Téngase en cuenta que a su cargo queda, además del financiamiento de la misma, la redacción de la inscripción que habrá de acompañarla. Sometida a discusión la propuesta, y una vez aprobada por unanimidad, se decide: “que este acuerdo sea ejecutivo en esta propia sesión”.

¿Qué coordenadas acompañan la génesis del Comité? ¿Qué significación cultural ha alcanzado una obra iniciada el 26 de noviembre de 1941, apenas 20 meses atrás? Una escueta nota publicada en el Heraldo Pinareño el jueves 27 de noviembre de aquel año distingue el compromiso de su director, Isidro Pruneda, con el Comité al tiempo que promete un venidero trabajo sobre el tema: “Todo por Pinar del Río” // “Con este tema quedó ayer constituido en esta ciudad un Comité integrado por estimadas personalidades de esta ciudad, dispuestas a laborar por todo cuanto signifique prosperidad y engrandecimiento de esta ciudad. // […] Ya daremos más detalles de esta reunión.[8] 

La emisión correspondiente al sábado 29 de noviembre ofrece, en su primera página, detalles sobre lo ocurrido el miércoles 26 de noviembre de 1941; un documento de suma importancia para comprender no solo el propósito y membresía del Comité, sino también el contexto en el que se inserta. Desde el título del trabajo, “El Comité de Mejoramiento Popular «Todo por Pinar del Río»”, el Heraldo Pinareño proclama dos asuntos cruciales del momento histórico: la democratización y, directamente relacionada con ésta, el lugar de los municipios. A modo de presentación refiere: “[…] con verdadero entusiasmo quedó constituido en esta ciudad, a iniciativa del Dr. Tebelio Rodríguez del Haya, un Comité que se denominará «Todo por Pinar del Río», que tendrá como objetivo único y fundamental, el propender al mejoramiento de nuestro término municipal en todos sus aspectos”.[9]

Puntualiza que la reunión tuvo por espacio “la residencia del Sr. Ernesto Bernal”, ubicado en Maceo no. 16 (Ant.), entre las calles Luz Zaldívar y Galiano, cuyo análisis de fuentes colaterales demuestran ser la planta alta del inmueble actual Maceo no. 161, entre Antonio Tarafa y Abraham Pérez; apenas a una cuadra de la morada del Dr. Tebelio Rodríguez del Haya, en Luz Zaldívar no. 10 (Ant.), actual Antonio Guiteras no. 72, entre Maceo y Garmendía;[10] en la cercanía del Parque de la Independencia.

Indica que, “después de amplios debates”, se acuerda que el Comité quedará integrado por los Sres. Dr. Tebelio Rodríguez del Haya, Ernesto Bernal, Manuel A. Felipez Migoya, Dr. Alfredo Roig Junco, José A. Figaroll, Dres. Nicolás Carasa, Víctor J. Oruña, Teófilo Reyes Díaz, Octavio Valdés Pintado, Armando Torre Rubio y Arturo de la Torre Gómez, Ing. Luis González Quintáns, Simón Vela Peláez y Aurelio Piñeiro Jr., al que acompañará un comité de damas que presidirá la Sra. Nena Montes de Vega con carácter de “Delegado del organismo central”.

Organizativamente se crearon cuatro comisiones: 1) Higiene, integrada por Tebelio Rodríguez del Haya, Alfredo Roig, Octavio Valdés, José A. Figarol y Luis González; 2) Finanzas, por Manuel A. Felípez, Simón Vela y Luis Vega; 3) Acción Social: Arturo de la Torre, Teófilo Reyes y Armando Torre y Nena Montes de Vega; y, 4) Propaganda, por Nicolás Carasa, Víctor J. Oruña y Aurelio Piñeiro.

Solo Ernesto Bernal, anfitrión de la cita, quedó excluido de las comisiones, sumándose Luis Vega Castaño, ausente de la anterior relación, vocal de la directiva de la Cámara de Comercio de Pinar del Río electa el domingo 1ro de junio de ese año.[11] Obsérvese que uno de sus fundadores, el Dr. Carasa, se encuentra entre los concejales que proponen la moción al ayuntamiento en 1943, ¿Qué vínculos unen al Dr. Carasa y el Sr. Ernesto Bernal Trinchería con Tebelio Rodríguez?

Tebelio Rodríguez del Haya (Pinar del Río, 22-6-1906 - 30-4-1978) se gradúa en medicina por la Universidad de La Habana en 1929, e inicia como médico honorario de los Servicios Sanitarios del Municipio Pinar del Río hasta ser nombrado Médico Municipal el 1ro de julio de 1930. De la repercusión social de sus primeros pasos da muestra la prensa local a partir del 30 del propio mes; primero, para destacar, a sus 24 años, su labor como médico de visita y el humanismo expresado en la atención a los pobres de solemnidad; tres meses después, se publica una reseña del homenaje que recibe en uno de los hoteles de la ciudad, espacio en el que se resaltan sus servicios al municipio. [12]

En diálogo con Lourdes Marina Rodríguez Peral, sobrina del Dr. Tebelio Rodríguez, al escuchar el nombre “Nicolás Carasa”, exclama sonriendo: “¡Chombo!”, y con satisfacción comenta que integraba el grupo de jóvenes que, junto a sus tíos, hacía estancia en la casa de su bisabuela, en la Habana Vieja, para asistir a la Universidad ¿“Chombo”[13], mote otorgado al Dr. Carasa en la familia del Dr. Tebelio, participa de la autoría de la referida moción no solo como concejal, sino también en función de sus labores como miembro de la comisión de Propaganda del Comité, e incluso, en muestra de fidelidad al amigo y compañero de estudio?

En relación con Bernal, por la cercanía de sus moradas y el papel sociocultural que desempeña en la ciudad, la relación podría ubicarse en los años juveniles de Tebelio. Pero sí podría considerarse que encuentra sólidos cimientos en el discurso que pronuncia el Dr. Tebelio Rodríguez ante el Club Rotario en agosto de 1934, donde denuncia el abandono sanitario de la ciudad pinareña como causa de una epidemia de paludismo.[14] Allí debió catar su valor el presidente del Club Rotario de Pinar del Río, Ernesto Bernal Trinchería, quien se registra en 1944 en el cargo de Gobernador del Distrito 25,[15] ámbito del que también participa el Dr. Carasa Valiña, en condición de Secretario del Rotary Club en 1942.[16]

Elemento sustancial aporta Celima de la Caridad Bernal García, hija de Bernal Trinchería y nieta del Dr. Pedro García Valdés, fundador de la Escuela Normal para Maestros en entrevista realizada el 2023: “Yo había cumplido seis años, el mes anterior. De veras resulta increíble, que con tanta claridad recuerde lo sucedido ese día. // En el portal de la casa se habían reunido con mi padre, el profesor Ernesto Bernal de Trinchería, los doctores Tebelio Rodríguez del Haya y Raúl Herrera Quintana, de una amistad con los nuestros, casi familiar.[17]

De modo que, la fundación del Comité “Todo por Pinar del Río” no solo tenía por escenario la casa de uno de los pilares del civismo en la ciudad, sino también, en la planta baja, actual Maceo no. 159, la morada del Dr. Pedro García Valdés, fundador de la logia Solano Ramos en septiembre de 1913 y su primer Venerable Maestro,[18] e intelectual al que la sección “Pinareñas” del Heraldo Pinareño, felicita en junio de 1942 por haber asistido a tres congresos celebrados en La Habana: Primer Congreso Nacional de Historia, Primer Congreso Histórico Municipal Internacional y Primer Congreso Nacional de Geografía.[19] Democracia participativa (civismo) y municipalidad, ofrecerían al Comité de Tebelio notable solidez para su obra.

En esa perspectiva téngase en cuenta la celebración del centenario del natalicio del Mayor General Calixto García (Holguín, 4-8-1839 – Washington, 11-12-1898) organizada en 1939 por el Club Rotario de Holguín bajo la presidencia de Francisco Pérez Zorrilla, a la que “asistieron representaciones de Pinar del Río, La Habana, Morón, Camagüey, Mayarí y Las Tunas”.[20] ¿Compartió la delegación pinareña en esta cita la intervención del habanero Carlos Gárate Brú, entonces Gobernador del Distrito 25, “en la que pedía a las autoridades locales que preservaran las joyas arquitectónicas de la ciudad, en las cuales, dijo, se escribieron hermosas páginas de heroísmo”? ¿Supieron de la experiencia del rotarismo holguinero entre 1927 y 1934, período en el que sus miembros “emprendieron o apoyaron proyectos e iniciativas que hicieron historia en la comarca, entre ellas las instalaciones en 1930 de la CMKF, mejoras en los servicios del Hospital Civil, la construcción de la oficina de corres, del aeropuerto Julio Grave de Peralta y de diversas vías de comunicación? Sin dudas debieron consumir el Himno Rotario de Cuba, compuesto en Holguín por Manuel de Jesús de Góngora, cuyas últimos fragmentos enuncian: “La amistad estimula el esfuerzo, // engrandece la noble misión, // y tributo sincero del alma, // libre escala su pura oblación. // Por la patria, santuario de amores, // anhelantes debemos seguir, // victoriosos en recta cruzada // y una aurora será el porvenir”.[21]   

El Heraldo Pinareño demuestra que reina, en la ciudad de Pinar del Río (y otras localidades de la región vueltabajera), un pensamiento de vanguardia en permanente razonamiento con otras regiones de Cuba, un “denso”[22] tejido de ideas que no en pocas ocasiones tributa, como comisión asesora de las proyecciones que emanan de las altas esferas políticas de la República. En el ámbito del patrimonio cultural y natural merece ser destacado el proyecto de Ley creando el “Parque Nacional de Viñales”, en 1941:

En uno de los más pintorescos lugares de la provincia de Pinar del Río, se encuentra enclavado el Término Municipal de Viñales; como todos los pueblecitos del interior de la Isla víctima de la apatía oficial que ha imperado durante 40 años de República; este término posee entre sus inmensas bellezas naturales el famosísimo valle que lleva su nombre y que ha sido durante muchos años orgullo nuestro y admiración de extraños. // Mucho se ha escrito sobre la belleza inigualable de este pedazo de tierra vueltabajera, cuyos mogotes y cuya verde vegetación han servido para que más de una vez visitantes y turistas se maravillen de esas bellezas naturales que son legítimo orgullo de nuestra región. // Un legislador Vueltabajero cuya labor en beneficio de la tierra en que nació es de todos conocida, ha tenido la iniciativa genial de pedir al Senado de la República la creación inmediata del Parque Nacional de Viñales; el Dr. Emeterio S. Santovenia, historiador, escritor y político que comprende perfectamente las necesidades del ambiente en que se desenvuelve, ha sido el autor del proyecto de ley que ya está sometido a la consideración de nuestro más alto cuerpo colegislador y que muy pronto se convertirá en hermosa realidad, con lo cual se hará justicia al más hermoso rincón de nuestra tierra y se estará contribuyendo a desarrollar al propio tiempo una campaña turística que será desde todo punto de vista altamente beneficiosa a nuestros intereses colectivos.[23]

En el preámbulo del Proyecto-Ley indica el senador pinareño literalmente: “Hay que poner la mente en lo que es el territorio de Viñales y en el patrón de Parques Nacionales ofrecido por la América del Norte, las condiciones requeridas para organizar un parque nacional concurren en la zona de Viñales”.[24]  En materia de legislación en defensa del patrimonio natural, Norteamérica es el referente.

Pero el Heraldo Pinareño, como patrimonio documental, no solo ofrece la multiplicidad de aristas sobre las que se ha de fundamentar hoy el devenir de los procesos sociales y humanísticos de la región pinareña, sino también la planta construida en tiempos anteriores a la fundación del Comité. La emisión del 3 de junio de 1941, aproximadamente seis meses antes, se hace pública una escena similar que tuvo lugar en 1899 y, por escenario, la misma calle y análogas pretensiones. Bajo el seudónimo Un tal Manolo, se comenta en “Yo estaba allí”:

Cuando un grupo de personalidades de esta Ciudad se reunieron en la casa marcada con el número cuatro, de la calle Méndez Núñez, hoy Antonio Maceo, el día 26 de Febrero de 1899 -hace 42 años-, y constituyeron la sociedad de instrucción y recreo que denominaron “Unión”. Nombre que venía como anillo al dedo, pues la Guerra de Independencia estaba terminada con el triunfo de las armas cubanas, siendo justo que cubanos y españoles, al formar una sociedad, le pusieran el nombre de “Unión”. Unidos todos para el trabajo y el engrandecimiento de la nueva República. //…La Directiva, aquel mismo día, quedó constituida en la forma siguiente: Presidente, Octavio Lamar. Vice, Silvestre Girbal. Secretario, José F. Curbelo. Vice, Alfredo Porta. Contador, Oscar Cuní. Vice. Mario Curujedo. Vocales: Solano Ramos, Enrique Prieto, José Viqueira, Antonio Rubio, Manuel Naveda, José Avendaño, Agapito Fernández, Severo Nieto, Félix del Pino, Constantino Menéndez, Juan Francisco Domínguez, José Miguel de la Torre, Felipe Ruiz Sánchez, Ricardo Cobian, Rafael María Hernández y Emilio Hidalgo.[25]           

¿Estaba el Tal Manolo informado de lo que ocurriría en la residencia de Maceo 16 en venideros meses? En la toponimia urbana o instituciones pretendieron generaciones anteriores perpetuar el accionar de aquellos protagonistas pinareños, algunos, defendidos por la tradición ante la invasión de nuevos líderes del progreso, aunque lejos de conocer la obra que les hizo merecedor de ese homenaje; se tiene presente el nombre de una calle o institución, pero solo como referente de orientación espacial, de ahí que se le achique y hasta se le refiera con total desenfado y libertad.

También en el pasado tiene el Dr. Tebelio Rodríguez un referente profesional y ético que contribuye a comprender su actuación, el Dr. León Cuervo Rubio (Pinar del Río, 3-7-1884 - 3-11-1946). Con más de dos décadas de diferencia, entre Tebelio y León se fomentó una amistad cuya solidez desbordó la pasión por la medicina para calar en las raíces culturales de Pinar del Río, se ha considerado a Tebelio “el único que logró realizar una biografía del Dr. León Cuervo Rubio”.[26] Mi permanente pensar el espacio urbano como elemento de vinculación cultural me lleva a considerar entre los factores que tributaron a ello la ubicación de la morada de Cuervo en Maceo no. 7 Ant., actual 110 y 110ª, en diálogo, como se ha señalado con las de Bernal, García Valdés y, aunque en un eje secundario, la del propio Tebelio.

Como Cuervo, en Puerta del Golpe entre 1905 y 1908, Tebelio dio inicio a su profesión en 1929 en espacios de pobreza donde haría gala de humanismo y respeto por los pobres de solemnidad hasta desempeñar el cargo de Médico Municipal en 1930; en ambos, con 24 años. Pero fue el amor a Pinar, “al terruño”, lo que otorgó profundidad a sus vínculos. Cuando el investigador trae a la luz que al Dr. Cuervo le acompañaron siempre las medallas de la “Virgen de las Nieves” y del “Cristo de Limpias”, la subjetividad que sostiene el Patrimonio Cultural me lleva a pensar en una devoción religiosa que encuentra fundamento en Vueltabajo; por un lado, la patrona de Mantua; por otro, las saludables aguas de San Diego de los Baños; una convicción de fe que se traduce en el viaje a caballo que emprende Cuervo Rubio, desde “Pinar del Río a Mantua, por la ruta de Maceo, 17 horas”.[27]

Notables son las expresiones de reconocimiento de Tebelio al Dr. Cuervo, entre las que destaca su liderazgo, junto a Pedro González Batlle, Luis Valdés López, Elpidio Barrial Quintero y Raúl Herrera Quintáns, en el homenaje que se le rindiera por su labor científica en diciembre de 1943, en el Teatro Aida; mas será el discurso al que fue convocado el 6 de noviembre de 1947, en ofrendas florales colocada sobre su tumba donde mayor fuerza expresiva podemos encontrar:

León fue mi amigo en las horas amargas y está sentado en puesto de honor en mi corazón. // Solo hay una cosa comparable al placer de tener un amigo: el dolor de perderlo. // Es imposible para mí, estudiar en una síntesis la brillante y fecunda vida de León como hijo y hermano, como compañero y amigo, como médico, como ciudadano y como pinareño. Digamos solamente que León dio mucho prestigio a su querido Pinar del Río // Para los que estuvimos cerca de él, había despuntado en nuestra alma, un sentimiento de admiración sin límites.[28]   .    

Así, si el 2 de agosto de 1943 el Ayuntamiento de la Ciudad de Pinar del Río “Declara día festivo el 26 de Noviembre de cada año en el término en honor del Comité «Todo por Pinar del Río»”, el hecho es que el origen de tal festividad está directamente relacionado con el advenimiento del primer aniversario un año antes, en 1942. Uno de los elementos que dan fe de ello es el uso de un calendario, a modo de viñeta, en el Heraldo Pinareño que, en una especie de conteo regresivo, los lectores participan de cuánto falta para festejar el “Día de la Dignidad Pinareña”, al tiempo que se acompaña con informaciones relacionadas con los pasos dados por el Comité en su proyecto.

 

En tal sentido debe destacarse la emisión del 14 de noviembre, donde se revela la creación del Comité de Pinareños en La Habana, “que habrá de funcionar como una Delegación de nuestro Comité Central”, integrado por: Presidente: Dr. Clemente Rodríguez Remus. Vice: Dr. Tulio Díaz Rivera. Secretario, Dr. Tirso A. Clemente. Vice, Dr. Miguel A Masede. Tesorero, Dr. Pablo Ferro Martínez. Vice, Dr. Felipe Ponzoa Carulla”.[29] Antes del año, el Comité había no solo nucleado a su entorno los diversos sectores de la ciudad, sino también desbordado su espacio geográfico:

[...] un Comité que lucha dentro de su radio de acción por el triunfo de la causa democrática. Comité integrado por personas de esta sociedad pinareña, cuya integridad moral nadie puede poner en tela de juicio. // Porque no es posible que esas figuras representativas de nuestro glorioso ejército mambí, la masonería, la escuela, ayuntamiento, cámara de comercio, colegio médico, cámara municipal, partidos políticos, los propios periodistas,  y !hasta la más alta representación del catolicismo en Vueltabajo -Monseñor Evelio Díaz! Presten su valioso concurso a una obra que no tenga, desde su inicio, la sanción unánime de ser para un fin honorablemente justo y puro.[30]

La connotación simbólica del Día de la Dignidad Pinareña que ofrece Héctor Garmendía merece ser tenida en cuenta para un análisis del patrimonio cultural como constructo social, a la luz de la teoría crítica contemporánea:

Lo que en un año ha realizado el Comité Todo por Pinar del Río, no puede expresarse ni aun en las páginas documentadas ni detalladas que a su honor le dedica este querido Heraldo Pinareño. Porque lo que se ve, lo que se siente, lo que se aspira, lo que palpan los sentidos es lo que tiene materialmente de inmenso esta obra. [...] // Pero en esta acción noble y humana, en este gesto de sincera abnegación hay algo más fecundo que el saneamiento, higienización y embellecimiento de la ciudad; algo de mayor trascendencia que suplir con el esfuerzo privado las deficiencias del Estado en sus deberes; algo que sin empañar la obra humanitaria de evitar enfermedades o epidemias, dolor, penas, luto y desolación a los que aquí vivimos, sobrepasa los límites de la conciencia pública y se adentra en el alma, en el espíritu y en el corazón, porque a ellos habla!... Y es la enseñanza de amar a la Patria y a la ciudad donde se nace o se vive; es el ejemplo de patriotismo, desinterés, desprendimiento y abnegación en una causa de beneficio colectivo; es el haber unido a todos: viejos, jóvenes y niños en un haz de amorosa y sincera comunión ante el "altar de la patria chica" para emanciparla de un apodo que le denigra y le humilla; es el haber conseguido que un pueblo se supere y piense en su destino por el esfuerzo propio. Esto, esto que no se ve ni se palpa ni se percibe con los sentidos, es lo que de mayor grandeza tiene el Comité Todo por Pinar del Rio, porque es la prueba clara e indubitable de que no todo el patriotismo noble y puro quedó sepultado con nuestros héroes del 68 y del 95. // Pinar del Río está de plácemes. Sus campanadas tocan Aleluya, y su pabellón se levanta radiante y orgulloso para conmemorar en este día el primer aniversario de su resurgimiento como ciudad civilizada. Quien sea pinareño, donde quiera que se halle; habrá de sentir júbilo en su corazón; quien no lo sea, pero goce de su amable hospitalidad, como quien esto escribe, habrá de sentir igual alegría. Y quien no sea ni lo uno ni lo otro, sentirá respeto y admiración por un pueblo que sabe superarse por su propio esfuerzo.[31]

Sobre este resultado volvería sus pasos el propio artífice del Comité Todo por Pinar del Río cinco años después de su fundación. En carta al Dr. Lomberto Díaz Rodríguez, Presidente de la Asamblea Municipal del PRC, fechada el 30 de abril de 1946, el Dr. Tebelio Rodríguez argumenta públicamente en Boletín Extraordinario:  

Por eso surgió querido Lomberto, el Comité "Todo por Pinar del Río", buscando como pretexto en las obras materiales, el tiempo necesario para ir sustituyendo de la mente de los pinareños, las malas ideas que lo inferiorizaban y lo hacían abúlico e indiferente. Por eso fuimos de institución en institución, como verdaderos misioneros, levantando el ánimo caído de los pinareños, al conjuro de las fases apostólicas de Martí, que en todas ellas leíamos. Por eso, surgieron los boletines del Comité, el primero de los cuales -publicado veinticuatro horas después de su fundación- termina con esta frase: «Los pueblos que tienen ciudadanos ejemplares, no necesitan de leyes que los obliguen ni de autoridades que les enseñen sus deberes y obligaciones, porque los conocen y los cumplen».[32]

En dicha carta, a modo de prólogo, Tebelio hace una defensa cabal de lo cubano ante lo extranjero, un texto de 1946 al que pudiéramos inscribir entre los que abogan por una postura descolonizadora y al que es preciso volver para entender el pensamiento rector del Comité “Todo por Pinar del Río” y la connotación simbólica del Día de la Dignidad Pinareña:

El cubano, querido Lomberto, ha venido atravesando un complejo de inferioridad que le ha impedido desarrollar su recia personalidad. Todo es bueno para el cubano, con tal que venga del extranjero. Ha sido tan profundo ese complejo que, a diario, oímos de labios de personas cultas y hasta responsables, desear a viva voz que Cuba forme parte de territorios más grandes, más ricos, más disciplinados tal vez, pero no mejores que nosotros. // ¿Y de las virtudes del cubano qué? Las tiene y muchas más numerosas que sus defectos. ¿Y por qué se silencian?[33]     

Argumenta su tesis felicitando públicamente a todo el que contribuya al único objetivo trazado por el Comité: “propender al mejoramiento de nuestro término municipal en todos sus aspectos”, y esa contribución resulta tan diversa como amplia es la definición de “en todos sus aspectos”. Asomémonos a dos ejemplos: 

Primero, el Heraldo Pinareño del 12 de septiembre de 1942 publica: “El Comité «Todo por Pinar del Río» felicita a «El Fuego» por el premio que instituyó”, una carta del 14 de agosto, dirigida a los Sres. Felipez y Compañía, en la que se le comunica el acuerdo del Comité de hacer llegar a esa entidad, “una efusiva y sincera felicitación, por la feliz iniciativa de instituir el premio Guillermo de Montagú,[34] para premiar los trabajos periodísticos de los escritores pinareños”. Argumenta el documento la significación que entraña en el orden cultural y el estímulo que constituye ese premio para hacer fructificar los trabajos sobre la región, al tiempo que reconoce la gloria de designar para ello “a una de las más altas cumbres de la intelectualidad de este continente, donde se destaca vigorosamente los campos jurídicos, musicales y literarios de la nación”, subrayando: “Con iniciativa como esas, es como se honra a una región y como se nos da oportunidad de honrarnos también, al reconocer la existencia de un hecho que eleva nuestro nivel cultural”.[35]         

Segundo, en Boletín Extraordinario del Comité, “Un hecho que merece ser destacado”, comenta en el ámbito del 2do Aniversario:

El acto celebrado por el Comité “Todo por Pinar del Río”, la noche del 25 de noviembre de 1943, víspera del Día de la Dignidad Pinareña, será siempre recordado con júbilo por los hijos de este pueblo, ya que el mismo dio motivo a que hombres tan cultos como Escipión Pujol,[36] Presidente de la Cooperación Ciudadana de América”, y José Chelala Aguilera,[37] uno de los valores más positivos de la hora actual, se nos elogiara por las obras que hemos realizado con el concurso de todos, y se pregonara que con ser ellas muy valiosas por los beneficios materiales que encierran, resultan insignificantes comparadas con el bien moral que representan, ya que han servido para despertar la conciencia ciudadana, y hacer poner de pie no solo a los hijos de esta ciudad, ni tan siquiera a los de nuestra provincia, sí que también a los cubanos todos. // Los habitantes de un pueblo que de labios de esos dos hombres responsables oyeron tan altos elogios, tienen derecho a sentirse orgullosos de ser nativos o vecinos del mismo.[38]     

Pero no hace Tebelio de dichos elogios como haría el aldeano vanidoso, por el contrario, pone en función de la dignidad pinareña el comentario de Pujols en torno a “la manera correcta con que se comportaron los jóvenes y aún los niños que concurrieron al acto”, posturas que califican de “altas maneras de educación y cultura”, que ilustran con elementos cotidianos como la ausencia del rodar de una silla, el menor desagrado, el más leve murmullo y, en cambio, la notable atención prestada, un comportamiento cuyo origen “se debía a la educación aprendida en el propio hogar”. De ahí que cierre Tebelio el Extraordinario Boletín con la siguiente frase: “Juventud Pinareña, el Comité «Todo por Pinar del Río» de ti se siente orgulloso. Acepta este manifiesto como homenaje púbico de tu comportamiento”.[39]

 

¿Por qué razones no se pronuncia el Ayuntamiento por la festividad del Día de la Dignidad Pinareña en el ámbito del primer aniversario, en 1942, sino en la edición de 1943? Hipotéticamente, y como se demostrará en ediciones posteriores, el Comité había establecido una campaña en función del saneamiento de la ciudad mediante gestión directa con instituciones y empresas de la localidad, al margen del gobierno local. Sin embargo, la incidencia de la red intermunicipal que de manera alternativa activa proyectos de desarrollo local cuyos horizontes culturales pueden estar en territorio insular o allende los mares, buena parte de ellos a iniciativas de la sociedad civil, encuentra resonancia en Pinar del Río, creando en el seno de concejales una postura de mayor responsabilidad para con el territorio. Las actas capitulares permiten constatar, anterior a la abordada declaratoria, algunas de ellas.

En sesión del 11 de agosto de 1942, un año antes, los concejales del Ayuntamiento de Pinar del Río son partícipes de una comunicación enviada por el Alcalde Municipal de La Habana, “remitiendo copia certificada de la Moción relacionada con la conmemoración del “Día del Municipio Americano”, aprobada el 23 de Abril. Sometida a discusión, el Concejal Dr. Aurelio Carasa, propuso adherirse a la misma y que se declarase el día 24 de abril de cada año "Día del Municipio Americano", invitación que secunda el Concejal Manuel Felípez con el argumento de que se une a los actos “que propendan a infundir la importancia del Municipio y su historia a través de los tiempos y para estrechar los lazos de amistad entre todos los pueblos de la América”.[40] Aprobado por unanimidad, se asigna un presupuesto para tal celebración. Ambos concejales, Carasa y Felípez, forman parte del Comité “Todo por Pinar del Río”.

Y, entre febrero y junio de 1943, se toman en el Ayuntamiento acuerdos que tributan al proyecto del Comité, en tanto dignificación de los pinareños y la ciudad: en sesión del 23 de febrero se aprueba la Moción de distinguir como Huésped de Honor a José Ovelleiro Carvajal (Pinar del Río, 1912- La Habana, 1963), “compositor pinareño”, quien entre 1936 y 1941 alcanza renombre continental con sus canciones Vendo Maracas, Bajo una palmera, Canta Corazón, Canción del mar y, la que se erige en “Himno oficial del Continente”, América Inmortal[41] y, en la del 12 de abril, se acuerda declarar Huéspedes de Honor a los Delegados de la VI Convención Estomatológica de la Nación, a celebrarse en Pinar del Río del 21 al 24 de mayo.[42]

De los acontecimientos más significativos en torno al segundo aniversario del Día de la Dignidad Pinareña, en 1943, brinda testimonio el Heraldo Pinareño en su edición del 27 de noviembre, emisión que encabeza el artículo “El día de la Dignidad Pinareña es el día también de la Dignidad Nacional”, a cargo de su director, Isidro Pruneda. En él, resume la actuación del Comité y le otorga una especie de condición modelo a imitar en otros territorios, para culminar con la frase: “y la dignidad pinareña, despertada, es hoy dignidad nacional en marcha”.[43]

 

En similar arista, y también en primera plana, se registra el reflexivo texto “26 de noviembre de 1941 y 10 Octubre de 1868. Simbolismo de dos fechas”, de Julio Escobar Toste, periodista fundador de la revista Juventud en 1938, órgano de la Escuela Primaria Superior de Varones en Pinar del Río:

Casi pasaba vertiginosamente el año 1941, cuando al llegar el 26 de Noviembre, se hizo realidad tangible el empeño. El clarín tocó a la lucha, las armas se empuñaron y el espíritu vibró de patriotismo. // Por eso esta fecha en que, como unidad granítica, nacía del esfuerzo y arrojo, al unísono de un solo ideal y una sola esperanza el Comité “Todo por Pinar del Río”, debía tener un sub-epígrafe brillante y emotivo, patriótico, de amor y sacrificio, como este: “10 de Octubre de Pinar del Río”. // Aquel 10 de Octubre de 1868 y aquel también 26 de Noviembre de 1941, son dos fechas distintas con un mismo corazón y una real vehemencia de superación libertaria. Al evocar la primera ya sabemos de todos los sacrificios, las vicisitudes y las indiferencias sufridas por aquel puñado de cubanos que la Patria venera y en su historia le cantan loor. Para hablar de la segunda, de ese 26 de Noviembre de 1941, toda llena de abnegación y de heroísmo también, como algo muy nuestro, recordaremos siempre aquella. El 10 de Octubre de 1868, le dio vida a la revolución redentora para que después la Patria gozara de su libertad legada por el esfuerzo ingente de sus hijos y de esa acción gloriosa y portentosa y de ella tuvieran todos una parte y el 26 de Noviembre de 1941, una ciudad limpia y sana, hermosa y simpática y un “10 de Octubre de Pinar del Río”, como reflejo simbólico.[44]

Una tercera información que tributa al simbolismo que se va construyendo en torno al 26 de noviembre, lo que no indica que no existan otra en esta edición, ocupa la página 5, y tiene por motivación la celebración del 5to Aniversario de la fundación del Club de Leones de Pinar del Río en el Liceo, al que su presidente, el Dr. Efrem F. Cubiela ha invitado al Sr. Ernesto Bernal, presidente del Club Rotario, y a Isidro Pruneda; ambos directamente vinculados al Comité desde su fundación. En su intervención Cubiela subraya:

Comparten  la alegría de nuestro aniversario miembros responsables de dos instituciones a las que nosotros nos sentimos estrechamente unidos y orgullosos como pinareños: El Club Rotario de Pinar del Río, la decana de nuestras organizaciones cívicas que tanto prestigio y honores ha traído para nuestra querida ciudad, y esa otra institución que es como el resumen emocional de Vueltabajo, a la que no puede nombrase si no es con el corazón en alto en decisión inquebrantable de esfuerzo y tenacidad: el Comité Todo por Pinar del Río. Desde esta Presidencia que hoy ocupo sé que haré más sólidos los lazos indestructibles que nos unen. Juntos, sin recelos ni alejamientos seremos una sola entidad al servicio de Pinar del Río. Juntos estaremos en el empeño vigoroso de nuestro progreso. Juntos, en plenitud pinareña, cantaremos el himno glorioso de nuestro resurgimiento.[45]

Resulta explícito en las palabras del presidente del Club de Leones de Pinar del Río la admiración adquirida por el Comité en dos años de labor, revelándolo como centro aglutinador de la red de asociaciones cívicas e institucionales que conviven en el complejo contexto del primer lustro de los 40 en la ciudad capital de la región pinareña. ¿Formó parte el Dr. Efrem F. Cubiela de la delegación pinareña a la VI Convención Nacional del Club de Leones celebrada en Camagüey en junio de 1944? Con el patrocinio del Club, la ciudad legendaria presentó a sus delegados “un folleto ilustrado para divulgar el patrimonio cultural”, al que acompañó un artículo del historiador de la ciudad, Jorge Gustavo Juárez, proponiendo la conservación del entorno del Carmen “para fines turísticos y otros empeños culturales, palabras que sirven de inspiración para que el conjunto Bedoya-El Carmen y el legado dejado por las monjas ursulinas pasen a ser objeto de análisis” patrimonial.[46]     

A partir de esos referentes, no resulta descabellada la tesis de que en esta cita los delegados de Pinar del Río dieron muestra de orgullo por el Comité Todo por Pinar del Río, otorgándole legitimidad en la red de instituciones cívicas en Cuba. Un mes después de la referida cita, en julio de 1944, mediante Bohemia “Acción Cívica Camagüeyana” convoca al Primer Congreso Nacional de Instituciones Civiles, invitando al Comité Todo por Pinar al intercambio de experiencias con “Acción ciudadana de Santiago de Cuba”, “Acción Cívica de Bayamo”, “Acción Cívica de Morón”, “Acción Cívica de Potrerillo”, “Acción Constructora de Cienfuegos”, “Comité pro-calles de Cárdenas”, “Comité de los 1000 de Matanza”, “Acción Cívica de Guanabacoa”, “Acción Cívica de Marianao” y “Acción Ciudadana de La Habana”.[47]  

Un asomo a dichas instituciones revela cronológicamente la primacía de Cárdenas, con la fundación del Patronato Pro Calles de Cárdenas por el doctor Robert L. Wharton, director del colegio La Progresiva, el 10 de mayo de 1939, “comité cívico creado con las intenciones de mejorar la salubridad y el estado de las calles de la ciudad”; el 9 de febrero de 1940, en Santiago de Cuba, Acción Ciudadana, que meses después, en septiembre, publica Acción Ciudadana, “en los que se observa el deseo de transformar la ciudad, de embellecerla y de convertirla en Metrópoli del Caribe” y; “el 23 de octubre de 1941 se reunieron en la casa # 15 de la calle Milanés un grupo de quince matanceros para estudiar el proyecto concebido por Sergio Barrientos Schweyer, César Silvestre de la Torre y otros”, inscribiendo en la historia el Patronato Pro Calles de Matanzas, popularmente Los MIL o Columna de los MIL, dos días después, el 25 de octubre. La primigenia anunció en el diario La Antorcha:

¡En pie Cardenenses! ¡La Patria chica nos necesita! ¡Que todos piensen en el sostenimiento honroso de la comunidad! ¡Tenemos que levantar fuentes honestas de trabajo! ¡Tenemos que levantar el crédito del comercio mayoritario y minoritario en una plataforma efectiva! ¡Tenemos que hacer valer las propiedades de Cárdenas, tal cual merecen! ¡Sobre todo, tenemos que hacer una vida nueva a nuestra ciudad, que languidece en una forma rápida y funesta![48]

¿Fue el Comité pinareño un modelo de ciudadanía para el resto de la Isla? ¿Cuánta significación otorgar al lugar que ocupa en una cronología de sucesos cuya naturaleza puede ser considerada fuerza matriz de la conformación de la Nación desde el siglo XVI? Urge sistematizar el estudio del civismo en los pueblos y ciudades de la Isla, en particular por sus aportes a la conformación de la identidad local y su contribución a lo nacional, pero no ha de perderse de vista el sentido de particularidad inherente en cada estudio de caso, expresión no solo de los elementos que condicionan su manifestación, sino también como signo de la diversidad que nos caracteriza.

Es una demanda de la ley 155/22 del patrimonio cultural el estudio del proceso de patrimonialización en los municipios. En la sección “El buzón abierto” de Bohemia, en la edición del 25 de enero de 1960 cita: “Decía Varona que era necesario que estudiásemos las distintas regiones del país «con amor y diligencia», la Historia de una nación es la historia de sus pueblos, vista con vidrio de aumento. Los archivos municipales deben ser motivo de especial cuidado y preservación”.[49] Desde la literatura universal, resulta válido recordar tres frases del Principito, novela corta de Antoine de Saint-Exupéry publicada en 1943, por su sentido filosófico: “Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”; “El tiempo que perdiste por la rosa hace que tu rosa sea tan importante” y “Eres responsable para siempre de lo que has domesticado”. Es importante el lugar del Comité Todo por Pinar del Río en la historia del civismo en Cuba, pero su mayor connotación está en cuanto simboliza en la historia identitaria de los pinareños.

Entre 1944 y 1947 se toman acuerdos en el Ayuntamiento que tributan tanto al apoyo del proyecto material del Comité como en el ámbito de dignificar al pinareño. El 16 de febrero de 1944, a propuesta de los concejales Dr. Tomás Calero, Dr. Aurelio Carasa, José R. Cavada y José L. González, el municipio apoya la verbena pública organizada por el Comité del 1ro al 4 de marzo de 1944, en los festejos de San Rosendo, no solo mediante la “expresión de su pública satisfacción”, sino también, con su “cooperación más entusiasta”, entre las que reza la solicitud al comercio, entidades y corporación cualquier clase de ayuda, “bien en objeto o en artículos de fácil venta para el mayor éxito de las fiestas”.[50] Importante fruto ofrece el traslado al Parque de la Independencia, escenario de la verbena, del carrusel y los aeroplanos del Parque de Diversiones que funciona en la calle Colón.

El 24 de noviembre, en víspera del 3er Aniversario, se acuerda otorgar el Premio Pedro Junco, en reconocimiento al compositor pinareño cuya pieza, “Nosotros”, de 1920, da nombre hoy al Festival de la Cultura Pinareña; y, el 15 de diciembre, declarar Huéspedes de Honor a los participantes al Congreso Nacional de Cosecheros de Tabaco a celebrarse en la ciudad.[51] En la sesión del 26 de octubre del año siguiente, 1945, se dan cita dos acuerdos: en apoyo al Municipio de Santa Clara, participar en las actividades organizadas por el centenario “Natalicio de la patricia cubana Martha Abreu” y, declarar Día de fiesta local el 28 de octubre, en honor al natalicio de Moralito,[52] Rafael Simón Morales y González (San Juan y Martínez, 1848 - Sierra Maestra, 1872), el pequeño gran maestro y mambí cuya convicción le llevó a decir: "Estar al lado de la Patria en sus días de felicidad no vale nada; acompañarla en sus dolores, ahí está el mérito"; de él, dijo el Generalísimo: "le conocí en aquella cruenta epopeya del 68. Siempre fue digno y puro, y como Martí, pensó, habló y ejecutó"; mientras el Titán de Bronce, como si penetrara en la esencia pinareña, apreció: “Parece mentira que un cuerpo tan pequeño encerrara un alma tan agradable, que sólo una cosa parecía ignorar: lo que él valía"; el Maestro, desde su lirismo observó: "De viril etiqueta, empinado y vivaz, verboso de pensamiento y todo acero y fulgor, como tallado en una espada".     

Para dar cierre al papel del Ayuntamiento en relación con el Comité y el Día de la Dignidad Pinareña, se presentan tres acuerdos de sus concejales. Los dos primeros, tomados en sesión del 7 de noviembre de 1947, presidida por Ramón Rodríguez Hernández y Félix Monterrey Márquez, en función de primer secretario, con la presencia de los concejales: Cándido Álvarez, Ramón Alonso Pérez, Aurelio Carasa Laviña, José R. Caveda Sotolongo, Luis E. Callaba Ferreiro, Pedro Costa Iglesias, Silverio Fernández Fernández, José Luis González Carvajal, Gustavo Herrera Rodríguez, Miguel López Suárez y Antonio Méndez Bencomo.

En el folio 408, por la labor científica y humanitaria realizada por el Dr. Antonio Rodríguez Díaz, en la operación “Mal Azul”, primera realizada en Cuba, que llena de gloria a la República y especialmente a Pinar del Río, por ser hijo de nuestro pueblo; en colaboración con otro pinareño que aunque no tenemos el honor de no contarlo entre los nativos de Pinar del Río, pero sí de la Provincia, nos referimos al Dr. Clemente Rodríguez Remus, que con su auxilio de la radiografía contribuyó grandemente a dicha operación”, los concejales proponen y así se acuerda por unanimidad declarar Hijo Eminente de Pinar del Río al Dr. Antonio Rodríguez Díaz e Hijo Adoptivo de Pinar del Río al Dr. Clemente Rodríguez Remus; “Que se haga entrega el día 26 de Noviembre actual, que es el día indicado para ser homenajeados, en esta ciudad, de lo pergaminos contenidos de dichos acuerdos.[53]

   

En el folio 408 vuelto, se declara Hijo Eminente de Pinar del Río el Dr. Tebelio Rodríguez del Haya por: los méritos indiscutibles y las grandes virtudes que como ciudadano, profesional y hombre de intensa y efectiva labor social lo adornan; su labor eficaz en pro de Pinar del Río en momentos en que parecía disuelto el espíritu público y que nada haría posible el levantamiento de un pueblo en masa para que de manera cívica reclamara su derecho a ser atendido en el sector nacional; su labor tesorera y su personalidad, la que hicieron posible la creación del Comité "Todo por Pinar del Río", cuya labor de mejoramiento sanitario, cultural y social, es de todos conocido; y su dedicación absoluta en el ejercicio de su profesión de Médico, en la cual ha cosechado y recogido laudos por haberla ejercido a plenitud como un verdadero sacerdocio. Como en los casos anteriores, se entregará la distinción el venidero 26 de noviembre, Día de la Dignidad Pinareña.[54]

Para ilustrar la última de las razones tenidas en cuenta para declarar a Tebelio Rodríguez del Haya Hijo Eminente de Pinar del Río, “su dedicación absoluta en el ejercicio de su profesión de Médico, en la cual ha cosechado y recogido laudos por haberla ejercido a plenitud como un verdadero sacerdocio”, desempolvemos dos de los exponentes de la papelería que su hermano mayor, Juan José Rodríguez del Haya, atesorara con orgullo en un cuaderno escolar: en primer lugar, la libreta de notas en que Tebelio resumía las lecciones que la praxis médica le dictaba, consejos que debía dar a una madre durante la lactancia de su bebé; o las recomendaciones para la purificación del agua a consumir; en segundo, un recorte de prensa que bajo el título “Cosas de Tebelio” aparecen aquellos signos que reconocían no solo sus colegas, sino también, y en mayor medida, sus pacientes, los del barrio, la consulta de Maceo 61, los de la clínica o los de la prisión: el maletín con sus iniciales y la imagen del auto en que se movía de un lado a otro.

Se suma a ello, en testimonio de la representación del ser familiar y su obra, de esa imagen que se construye sin pretensión alguna y que se sedimenta en el día a día, el poema “Mi tío Tebelio”, un dialogo con el pasado escrito por Lurdes Marina Rodríguez Peral, hija de su hermano Juan José, en el 2015, una personalísima mirada que se ha de compartir, con la sencillez de las pequeñas cosas, de esas que, como el aire, la luz o el agua, se vuelven más necesarias, en la medida en que no se las tiene.

 

El tercer acuerdo del Ayuntamiento, podría ser signo del lugar que ocupa Pinar en la red nacional de instituciones cívicas y tiene como escenario la sesión del 1ro de noviembre de 1951, a las 8:30 pm, bajo la dirección de Bernardino Arendaño Careaga, asistido del Primer Secretario Sr. Félix Monterrey Márquez, al que asisten los concejales: Juan Manuel Álvarez García, Israel Juan José Bernal y Díaz, Pablo M. Cuevas Hidalgo,  Silverio Estrella Labrador, Rubén Díaz Rodríguez,  Manuel Mariano Fírvida Otero, José Luís González Carvajal, Matías Maragoto Carballo, Luis Montes Junco, Emilio Soto Carreño, Isac Robaina Hernández,  Faustino Rodríguez Catalán y Enrique Jacobo Torres Torres.

La propuesta está a cargo del Concejal José Luis González Carvajal y da inicio anunciando que los días 24, 25 y 26 de Noviembre de este año la Ciudad de Pinar del Río será sede de la Convención Nacional de Instituciones Cívicas, motivo por el que el "Comité Todo por Pinar del Río" ha preparado y confeccionado diferentes programas, y solicita: 1) declarar Huéspedes de Honor de la Ciudad de Pinar del Río a todos los delegados participantes; 2) que el Presidente del Ayuntamiento y una Comisión de tres Concejales de acuerdo con el programa confeccionado por el Comité Todo por Pinar del Río incluya una Sesión Extraordinaria para ofrecer este acuerdo del Ayuntamiento a dichas Instituciones; 3) que el acuerdo sea ejecutivo en esta Sección y se comunique al Comité Todo por Pinar del Río. Aprobada por votación nominal y por unanimidad se constituye la Comisión integrada por los concejales Enrique Jacobo Torres Torres, Silvino Estrella Labrada, José Luis Gonzalez Carvajal y Manuel Mariano Firvida Otero.[55]

¿Se ha elegido el 10mo Aniversario de la fundación del Comité Todo por Pinar del Río para hacer de la ciudad la sede de la Convención Nacional de Instituciones Cívicas? ¿De qué edición se trata? ¿Qué municipios estuvieron presente en la Ciudad Hospitalaria? Mientras abordamos dichas interrogantes recordemos al Dr. Tebelio Rodríguez del Haya desde una de las múltiples frases que acompañaron el primer aniversario: “Honrar a Tebelio, es hacer honor al pinareño que con su actuación y su fe en el triunfo de las ideas del bien, ha logrado crear la conciencia de responsabilidad de su pueblo conduciéndolo a un bello y patriótico despertar.[56] Nosotros está llamada a ser expresión de ello.