La XXX edición de la Feria Internacional del Libro, en su capítulo provincial en Cienfuegos, constituyó una gran fiesta literaria desde el pasado 18 de mayo y hasta este domingo 22, donde el público pudo acercarse a una gran variedad de materiales, desde textos digitales y poesía hasta cuentos de ficción, libros históricos e infantiles.
De la mano de Cubaliteraria, única editorial digital de Cuba, los cienfuegueros tuvieron una oportunidad más para acercarse a la lectura a través de dispositivos móviles, pues dentro del programa del Área informática accedieron a volúmenes como Diccionario fraseológico del español de Cuba y el inglés de Estados Unidos, de la profesora Bertha Elena Romero;
También De la extraña aventura de Don Quijote por lejanas tierras y otros sucesos hasta hoy olvidados, del escritor Antonio Lopez Sánchez; y Avenida Central, de la autora Yoandra Santana.
Yaremis Pérez Dueñas, directora de Cubaliteraria, dijo a la Agencia Cubana de Noticias que los libros en este formato tienen grandes ventajas, por ejemplo, el alcance porque pueden llegar a una mayor audiencia a partir de su publicación en internet.
De igual forma, destacó, constituye otra manera de romper las barreras del bloqueo económico de Estados Unidos contra la nación y de llevar la literatura cubana, que tanto vale, a todos los países.
El libro digital, que para nada demerita a su homólogo en papel, es otra manera de brindar los contenidos; además, es el presente y deviene un modo de acercarnos a los más jóvenes, quienes sí consumen este tipo de productos, subrayó.
Otra iniciativa con gran aceptación fue el espacio Entre libros y punto cubano, desarrollado en la sede de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), donde se unieron escritores y repentistas para el cultivo de la estrofa nacional.
El Premio Nacional de Cultura Comunitaria Alberto Vega Falcón, uno de los conductores del espacio, expresó que resultó un encuentro intertesante en el cual confluyeron la décima escrita -cuyos autores trajeron sus versos ya elaborados- y oral, donde los artistas mostraron su destreza al improvisar con los pies forzados presentados en el momento, algo formidable desde el punto de vista de la oralidad.
Afirmó que la Isla está llena de buenos improvisadores y excelentes escritores, por eso esta opción, insertada dentro de la gran fiesta cienfueguera de la lectura, constituyó un encuentro para que el público se acercara al conocimiento y a la vez disfrutara de la interesante fusión entre libros y punto cubano.
Acompañados de tres, guitarra y laúd, amenizaron las sesiones cultores de la poesía escrita como Jesús Candelario Alvarado, Orlando Víctor Pérez, María Rosa Martínez Trujillo, Ana Teresa Guillermín Moreno y Ariel Fernández, además de los repentistas Jorge Sosa, Jesús Chaviano, Yoanis García y Marcos David Fernández, más conocido como el Kíkiri de Cisneros.
La literatura infantil estuvo presente en varias locaciones, como el pabellón Tesoro de Papel, con la exhibición de novedades de la editorial Mecenas para los más pequeños, entre estas, Alexa sueña con versos, de Geisy Rojas Díaz; Luna, de Hecmay Cordero Novo; y Si la nieve cayera..., de Isora Morales Suárez.
Dios y los locos, pabellón juvenil de la AHS, rindió tributo a los reconocidos poetas, ya fallecidos, Jorge Luis Águila Aparicio y Francisco Mir Mulet, y mostró las últimas publicaciones del sello Reina del Mar, como los cuentos La que debe morir, de María Karla Águila Diaz, y Las formas invisibles, de Héctor Leandro Barrios González; y el poemario La biomecánica, de Juan Edilberto Sosa Torres.
Asimismo, más de 30 centros de estudio y laborales acogieron el evento, dígase escuelas primarias, secundarias básicas, preuniveritarios, la Casa para niños sin amparo familiar, así como las universidades de Cienfuegos y de Ciencias Médicas, los hospitales pediátrico Paquito González Cueto y general Gustavo Aldereguía Lima.
Mientras que hasta localidades de la ciudad cabecera como Canao, Lajitas, Pepito Tey y Las Minas, entre otras , llegó la actividad itinerante Mi libro en el barrio, donde las charlas literarias, la intervención de proyectos comunitarios y las presentaciones de textos demostraron una vez más que leer es crecer, como reza el eslogan de la Feria.
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