La presencia de la impronta africana en nuestro continente centró el debate en la Sala Manuel Galich de la Casa de las Américas el pasado 31 de marzo, con un panel integrado por jóvenes activistas y académicos brasileños, bajo el título «Una Negra enseñó: Compartiendo el conocimiento de las mujeres negras, los feminismos negros y el concepto de Améfrica Ladina».
La presentación del espacio estuvo a cargo de la investigadora y directora del Programa de Estudios sobre Afroamérica de la institución, Zuleica Romay Guerra, quien comentó que el Proyecto Insurgente 225: Identidad y narrativas de la gente del Sur, del cual forman parte estas y estos jóvenes, tiene una actividad muy importante en las comunidades brasileñas.
Asimismo, Romay detalló que, tras conocer las políticas culturales educativas y de justicia social en Cuba, estuvieron de visita en el país por un período de dos semanas para entrar en contacto con barrios de La Habana, Matanzas, Sancti Spíritus y la Isla de la Juventud.
En el panel, Kahena Bizzotto, poeta y licenciada en Trabajo social por la Universidad de Brasilia, explicó que en el país suramericano ha existido históricamente un intento de apagar las voces de las mujeres negras, por lo cual surgió este proyecto en busca de contar su historia y pensamiento. De igual modo resaltó el papel de Lélia Gonzalez y Concepción Evaristo, dos pensadoras negras que durante mucho tiempo tuvieron sus escritos silenciados.
Durante el intercambio cultural, las y los ponentes se acercaron al trabajo de ambas escritoras y activistas, conversaron sobre luchas sociales y proyectos, así como explicaron cómo han contribuido las mujeres negras al debate racial en Brasil. Resaltó la participación del público asistente, que también contó sus luchas y experiencias.
Por su parte, Vinicius Pereira Silva, formado como productor musical y educador cultural, actualmente productor del grupo Formando Mentes Colectivas y también DJ de hip-hop y música negra brasileña; se refirió al blanqueamiento que ha sufrido la población brasileña, principalmente desde el etnocentrismo, situación que inspiró el activismo de mujeres como la propia Concepción Evaristo.
En tanto, Sofía Marques, estudiante de posgrado en Ciencias Sociales en la Universidad de Brasilia y activista del movimiento estudiantil en defensa de la enseñanza pública, hizo énfasis en conceptos introducidos por Lélia González como «racismo abierto», «racismo disfrazado», «pretugués» y «Améfrica Ladina». Estos representan la lucha por preservar esas identidades negras, como método de resistencia que legitima el legado, las lenguas y las religiones de las personas africanas llevadas a Brasil por la fuerza del colonialismo.
Asimismo, destacó cómo los libros y escritos de Lélia han constituido una base para construir argumentos ―dentro del movimiento negro― que posibilitan fortalecer sus luchas desde el feminismo.
Al respecto, Vinicius Pereira concordó respecto a la manifestación de racismo disfrazado en Brasil, ya que no existen leyes de segregación racial, pero sí prácticas de este tipo, por lo que se hace necesario reconocer cada vez más la presencia de la huella africana.
Kahena Bizzoto explicó que el concepto de «Améfrica Ladina» surge en Lélia a partir de la certeza de que toda América Latina y los territorios colonizados en el continente ―donde fueron arrastradas personas negras traídas desde África― debían unirse y crear «Améfrica», ponderando su cultura, color, alimentación y retomando la identidad negra invisibilizada.
Bizzoto expresó que esta visión es una invitación a que las personas negras de la diáspora se miren, se aproximen y dialoguen a fin de construir una nueva realidad para la población negra en el continente.
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