Haydee, te seguimos necesitando*


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En el aniversario cuarenta y cinco de la muerte de Haydee Santamaría, la Casa de las Américas, pone a disposición de los amantes de la historia de la Revolución Cubana y de los interesados en el devenir cultural de Nuestra América el volumen Hay que defender la vida. La compilación, fruto del quehacer de los investigadores Jaime Gómez Triana y Ana Niria Albo Díaz, recoge intervenciones, entrevistas, cartas y escritos diversos de la heroína y fundadora de la Casa. Publicamos a continuación las palabras de presentación del libro, que es también un homenaje a la generación del centenario, a los mártires y héroes de la patria y a todos los hombres y mujeres de este pueblo que apoyaron, con determinación y valentía, las luchas por la definitiva independencia de Cuba.

La vida y la obra de Haydee Santamaría no puede restringirse de ningún modo, como ha ocurrido a menudo, a unos pocos hechos o a un período en específico. La coherencia de sus actos y de su conducta está presente también en su pensamiento y en su liderazgo, que se extendió mucho más allá del espacio de la cultura y de las fronteras de nuestro país. Admirada y querida por políticos, intelectuales, artistas y luchadores sociales de toda la América Latina y el Caribe, esta mujer cubanísima se convirtió en un símbolo donde se articulan, de manera perfecta, la campesina, la guerrillera, la mar­tiana, la comunista, la promotora de grandes creaciones culturales y la internacionalista solidaria con las causas progresistas de todo el mundo.

Entró en la historia con los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en cuya organización participó desde el inicio. Perdió en esas acciones a entrañables compañeros. Su hermano Abel y su novio Boris Luis Santa Coloma se cuentan entre los combatientes que fueron cruelmente tor­turados y asesinados. La declaración de Haydee en la quinta vista de la Causa 37 constituyó una contundente denuncia de la maquinaria de terror y muerte que la dictadura de Fulgencio Batista desató tras la captura de los asaltantes. Fue excarcelada después de casi siete meses de prisión y continuó desde la clandestinidad entregada a importantes y complejas misiones. Había que con­seguir la liberación de Fidel Castro y del resto de los moncadistas, y resultaba indispensable publicar y difundir el alegato del líder revolucionario ante sus jueces: un documento crucial que, a partir de su primera impresión, sería co­nocido como La historia me absolverá.

Haydee participaría además en la fundación del Movimiento Revolucionario 26 de Julio, cuya Dirección Nacional integró desde el primer momen­to. Fueron decisivas sus contribuciones a los preparativos del levantamiento armado del 30 de noviembre de 1956 en Santiago de Cuba; a los esfuerzos para dar a conocer internacionalmente la verdad de la lucha guerrillera en la Sierra Maestra, a través de medios influyentes; y ya en el exilio, en los Estados Unidos, a la recaudación de fondos para comprar armamento y otros recursos imprescindibles para las tropas rebeldes. Una vez alcanzado el triunfo, se consagraría al proyecto revolucionario en ámbitos disímiles. El más conocido y perdurable fue su intensa labor al frente de la Casa de las Américas.

Cuando se nos encargó la investigación que condujo a este libro, no calculábamos el número de documentos que tendríamos que revisar. Silvia Gil, Chiki Salsamendi y sobre todo Myriam Radlow, quien fuera jefa de despacho de Haydee, pusieron a nuestra disposición los archivos de la Casa de las Américas y nos ayudaron a comprender los contextos y los principales ras­gos de la personalidad a la que tratábamos de acercarnos. Algunos de esos materiales habían sido revisados con anterioridad por Yolanda Portuondo para su libro La pasión que me llevó al Moncada (2004), donde aborda la trayectoria de la heroína desde su nacimiento hasta 1955. También Esther Barroso consultó muchos de ellos para su documental Nuestra Haydee. La mayor parte de estos archivos, sin embargo, había permanecido intocada por mucho tiempo y, aunque algunos textos aparecieron en publicaciones periódicas, la posibilidad de presentarlos en un solo volumen nos permitía ofrecer un panorama abarcador del pensamiento y la obra de Haydee en su propia voz.

En la Casa de las Américas se conservan copias de documentos de la épo­ca insurreccional, cartas en su mayor parte. Las cotejamos con los origina­les del fondo Haydee Santamaría de la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República, y así conformamos el primer núcleo de los materiales aquí reunidos, que abarca en lo fundamental los años de 1953 a 1959. Junto a cartas enviadas desde la cárcel a familiares o amigos y a otras remitidas a sus compañeros de lucha, se incluyen los textos siguientes: una nota enviada a Roberto Fernández Retamar en la que le comenta sobre una anotación hecha por ella a un ejemplar de La Edad de Oro, en 1946; la reconstrucción de su declaración durante el juicio del Moncada, tomada de La Generación del Centenario en el Moncada, de Marta Rojas, cuya primera edición prologaron Haydee y Melba Hernández; y su airada «Respuesta al Dr. Andreu», publicada en Bohemia a fines de 1955.

Las otras dos partes de este libro recogen cartas, entrevistas, charlas, dis­cursos, conversatorios, artículos o fragmentos de intervenciones suyas tal como aparecieron en la prensa, y otros materiales correspondientes a las décadas que van de 1959 a 1980. Una buena parte de estos documentos tiene que ver con su trabajo en la Casa de las Américas; pero otros son memorias sobre lo acontecido en las horas del Moncada o sobre otros sucesos de la gesta revolucionaria. Muchos abordan temas de actualidad de nuestro país y del continente.

En dos de las entrevistas recogidas, Haydee comparte las respuestas con dos de las compañeras de lucha que más quiso y que estuvieron más cerca de ella: Melba Hernández y Celia Sánchez. Desconocidas, por inéditas hasta este momento, son las cartas en que Haydee contesta directa y sinceramente a demandas de la población. Esta correspondencia forma parte de una serie muy valiosa que permite apreciar nítidamente el enorme respeto que merecían ante una mujer como Haydee los problemas y preocupaciones de las personas más humildes que integraban esa enorme masa de cubanas y cubanos que recuperó su dignidad con el triunfo de enero de 1959.

Los interesados en la historia intelectual de nuestra América encontrarán igualmente aquí cartas de mucho valor dirigidas a descollantes creadores de las artes y las letras del continente. La inmensa mayoría de ellos se mantuvo siempre cerca de la Revolución Cubana y de la Casa de las Américas. Muchos sostuvieron con Haydee una relación muy fraterna. Lo demuestra la selección de cartas Destino Haydee Santamaría publicada por el Fondo Editorial de la Casa.

Durante el trabajo de compilación y edición de este volumen discutimos mucho sobre su estructura. Finalmente se impuso el orden cronológico a la posibilidad de agrupar los textos por temáticas. Nos interesaba poner en evidencia cómo, en todo momento, Haydee tenía presente los hechos del Moncada y cómo era conminada por las más diversas circunstancias a regresar a esos días fundacionales, una y otra vez. Por otra parte, nos interesaba mos­trar, con la lectura atenta de las variaciones sobre un mismo tema, la forma particular en que rememoraba cada instante vivido y el modo en que se dirigía a quienes la escuchaban.

Sin dudas, el mayor regalo que esta investigación nos ha dejado ha sido el privilegio de acercarnos, a través de la lectura de materiales que refle­jan el sentir/pensar de esta gran mujer, a sus experiencias vitales, desde las más épicas hasta las íntimas, a la historia de su familia, de su país y de su tiempo. Se lo debemos a la confianza depositada en nosotros por Roberto Fernández Retamar –cuya semblanza de Haydee incluimos a continuación–, por Marcia Leiseca, Silvia Gil, Chiki Salsamendi y Myriam Radlow, y a la ayuda de Ana Cecilia Ruiz Lim, Amanda Sánchez, Karem Tiffany y Miriam C. Borrero. Agradecemos, además, la colaboración de la Oficina de Asuntos Históricos de la Presidencia de la República de Cuba y de quien fuera su director, Eugenio Suárez. Norma Ruiz Santamaría, Frank Josué Solar Cabrales y Carlos Manuel Ramírez Olivares también iluminaron zonas específicas durante el proceso de edición. Nuestra gratitud para Caridad Tamayo Fernández, especialista del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas y editora de este volumen. Finalmente, David Deutschmann, al frente del sello editorial Ocean Sur, se enamoró de este proyecto y lo hizo posible en una primera edición coeditada con el Fondo Editorial Casa de las Américas. Para él, y para su equipo, nuestro reconocimiento. Del mismo modo, agradecemos a la Fundación Rosa Luxemburgo su apoyo para la impresión de estos ejemplares de la segunda edición, que podemos entregar gratuitamente a los lectores.

Haydee fue una mujer apasionada e íntegra. Su lealtad a la Revolución Cubana y al liderazgo de Fidel no tuvo fisuras. Su fe en el triunfo de la justicia y su comprensión del papel de la cultura en la liberación del ser hu­mano no decayeron jamás. Su pensamiento está indisolublemente ligado a su vocación revolucionaria. Su modo peculiar de imbricar la historia, el pre­sente y el porvenir da cuenta de una sensibilidad que reaparece en todos sus textos y en aquellas obras que impulsó. Pocos temas de su tiempo le fueron ajenos. Siempre preservó el compromiso y la solidaridad con las luchas por la total independencia de nuestros pueblos del Sur, en especial con Vietnam, con Puerto Rico, con los movimientos antirracistas en los Estados Unidos, con el Chile de Allende, con la Nicaragua sandinista. Sus insuficientes estudios –apenas culminó la enseñanza primaria– no le permitieron alcanzar un título universitario; pero su afán de autosuperación, la experiencia ganada en la construcción revolucionaria, su especial don de gentes, su asombrosa intui­ción, y su modo de pensar y crear la cultura, la convirtieron en una figura excepcional dentro de la Revolución Cubana; ajena a todo dogma, a todo esquema, a toda falsa solemnidad; capaz de comprender en profundidad y de un modo único la historia y los desafíos de su tiempo, y de pensar de manera enteramente original, con inteligencia y corazón.

Sabemos que, para muchos, los textos aquí reunidos constituirán una no­vedad y que buena parte de los lectores se sorprenderá al descubrir la estatura deslumbrante de una heroína con aristas hasta ahora desconocidas. Si ello ocurriera, nos sentiremos satisfechos desde nuestro humilde desempeño como compiladores. No es esta, sin embargo, una selección definitiva, no podría ser­lo, por lo que esperamos que estimule nuevos acercamientos que continúen aportando luz sobre su figura y sobre las ideas que abrazó y defendió siempre.

Estamos convencidos de que el pensamiento de Haydee Santamaría, resul­tado de su época y de su compromiso, pero siempre audaz, nunca dogmático ni retórico, puede seguir aportando al ideario de la emancipación en el pre­sente y en el futuro, así como a las luchas de Cuba y otros pueblos por toda la justicia. Es por ello que, como escribió Retamar en el poema que le dedicó a su muerte, la seguimos necesitando.

* Palabras de presentación del volumen Hay que defender la vida, compilación de intervenciones, entrevistas, cartas y escritos diversos de Haydee Santamaría realizada por los investigadores Jaime Gómez Triana y Ana Niria Albo Díaz y publicada por la Casa de las Américas en alianza con Ocean Sur en 2022. Una segunda edición, impresa con apoyo de la Fundación Rosa Luxemburgo, apareció en 2023. La Casa de las Américas pone a disposición de los lectores, para su descarga gratuita en Internet, una versión en pdf de esa segunda edición.

Descarga el libro en pdf aquí: 

Haydee Santamaría. Hay que defender la vida.

 

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