Como parte de la tercera jornada del III Coloquio Internacional del Programa de Estudios sobre Afroamérica de la Casa de las Américas, destacados especialistas intervinieron en el conversatorio acerca del documental Banda sonora para un golpe de Estado.
En la sala Manuel Galich se reunieron para debatir la obra la cineasta, productora, guionista e investigadora cubana Gloria Rolando Casamayor; el joven Fabrice Nozier (Centro Schomburg para la Investigación de la Cultura Negra en los Estados Unidos), quien es además miembro colectivo del Cinemóvil New York City; y Gyselle M. García, profesional independiente norteamericana, con la moderación de Katia Arias Martínez (Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano).
Los invitados reflexionaron, sobre todo, acerca de la importancia de la memoria histórica y la responsabilidad de los directores de cine en la construcción de las identidades culturales, sociales y políticas de los pueblos.
Banda sonora para un golpe de Estado, del director belga Johan Grimonprez, explora los movimientos de liberación de África durante los años sesenta del pasado siglo y las conspiraciones e intervenciones occidentales que dieron al traste con el derrocamiento y asesinato del presidente congoleño Patrice Lumumba.
Sin embargo, el filme tarda en permitir que el espectador se enfoque en las causas profundas de la lucha del Congo, diluyendo en ocasiones su perspectiva histórica, reconocieron.
Los panelistas coincidieron en que el material audiovisual presenta una estética, montaje y producción de alto nivel, pero reproduce estereotipos, prejuicios e intereses que invitan al espectador a cuestionar críticamente su relación con la historia y a pensar en lo que mueve a la comunidad negra.
Al concluir el debate, desde el público se ratificó la convicción de que el cine es una poderosa herramienta para mantener viva la memoria colectiva de los pueblos africanos, por lo cual contar la historia desde multiplicidad de voces es un acto de justicia.
En otro momento de la tercera jornada del evento tuvo lugar el panel «La centralidad del lenguaje y la oralidad en la emancipación de las mujeres afrodescendientes», que contó con la participación de Ángel P. Ortiz Alava (Ecuador), y Geidy Caridad Hernández Iglesias (Cuba).
Ortiz Alava, del Colectivo Cultura y Resistencia de Esmeralda, se refirió a los estigmas raciales que persisten en su país. Por otra parte explicó los esfuerzos y eventos organizados por el colectivo esmeraldeño para mantener y difundir las costumbres de la comunidad afroecuatoriana, especialmente lo relacionado a prácticas musicales como los cánticos, arrullos y alabados, donde han tenido un lugar primordial las mujeres al ser las transmisoras de estas prácticas culturales, afirmó el investigador.
Por su parte, Hernández Iglesias, del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas, reflexionó sobre el tratamiento de las temáticas relacionadas con la racialidad en el contexto radiofónico de la capital cubana.
De modo que la jornada del miércoles 18 reafirmó al coloquio como un espacio propicio para el análisis en colectivo y el debate profundo, donde las críticas se asumen con responsabilidad y el intercambio genera aprendizajes.
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