Una voz cálida hasta el asombre, dicción impecable, afinación extrema, estilo exclusivo, presencia y un atractivo que lo distinguió entre los intérpretes de la época, son las cualidades que hicieron al artista que hoy homenajeamos, uno de los grandes exponentes de la música cubana y uno de los boleristas más importantes en la extensa lista de boleristas de Latinoamérica.

No fue difícil para este santiaguero iniciarse en la música, su talento se hizo visible ante figuras destacadas que, al descubrir su brillantez en la interpretación, lo incluyeron en sus orquestas, entre ellos Mariano Mercerón y el Benny Moré, quien no solo lo hizo fundador de la Banda Gigante, sino que ayudó al artista a abrirse camino como solista.

Así me convertí en solista

Así comienza a dejar su huella, voz y estilo esta verdadera estrella. De manera vertiginosa sitúa varios números de la música popular en canciones como Ven aquí a la realidad de Ernesto Álvarez, La noche de anoche de René Touzet, su primer gran éxito Humo y Espuma de Rolando Solórzano Rabí, y más tarde Si no eres tú de Pedro Flores, entre otros temas. Llanto de Luna de Julio Gutiérrez ha quedado en la memoria de los archivos musicales cubanos.

Su manera de cantar se reflejó además en una amplia discografía, el primer disco de larga duración que grabó, con una orquesta dirigida por Bebo Valdés, se convierte con el tiempo en un fonograma de culto para los amantes del bolero.

De esos ejemplares recordamos el disco De los dos, donde interactúa con la destacada cantante Elena Burque, ambos acompañados por orquestas dirigidas por Rafael Somavilla y el gran Adolfo Guzmán.

A Fernando Álvarez también se le considera como un exponente del feelling, cuentan que cuando comenzó a tomar auge este movimiento en Cuba, su voz recorría espacios donde la canción era la protagonista, míticas son ya sus versiones del clásico Dos Gardenias de Isolina Carrillo y Vuélvete a mí de Tania Castellanos.

Pero la carrera musical de Fernando Álvarez exploró otros escenarios internacionales dando a conocer su voz en Nueva York, Panamá, Puerto Rico y otros países de América Latina.

En el recuerdo de todos los cubanos la voz de este intérprete en la banda sonora del filme Violeta, película del director Alberto Cortés, canciones que hoy ostentan en el memorable CD Sé feliz (EGREM) publicado en 2003 y al que da título al bolero homónimo su primer track, hoy un verdadero clásico en muchas versiones.

Con más de 70 años, una voz más limitada y sin la autoridad y firmeza que tenía cuando era más joven, sin embargo, la emoción típica del intérprete al cantar intacta, como la primera de sus grabaciones.

Este fue el último disco de Fernando Álvarez quien moriría en la Habana el 22 de agosto de 2002 a los 75 años de edad. Un artista que llevó consigo la oportunidad de legar con su voz, el sentimiento y el estilo de una estrella, que hoy recordamos también en la obra de sus deudores.