“Pudo lucir en las academias sin esfuerzo su ciencia copiosa, y solo mostró lo que sabía de la verdad, cuando era indispensable defenderla (…) Supo cuanto se sabía en su época; pero no para enseñar que la sabía, sino para transmitirlo. Sembró hombres.”(1)
Aunque el siguiente fragmento procede de un artículo redactado por nuestro José Martí en justo homenaje a la figura del educador y presbítero cubano José de la Luz y Caballero, dicho escrito también podría ser convocado —asimismo con suma justeza—, a la vida y la obra de una de las más connotadas educadoras de la Isla, la doctora en Ciencias Pedagógicas Leonela Inés Relys Díaz, quien tuvo a su cargo la creación del Programa de Alfabetización Cubano: Yo, sí puedo.
Fue así como compañeras y compañeros de trabajo —pertenecientes a la Asociación de Pedagogos de Cuba y del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI)—; familiares y amigos se dieron cita en la sede de la Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU), para rendir tributo de recordación a esa inolvidable Educadora y para no solo mostrar a la luz hermosas anécdotas reveladoras del carácter y la personalidad de la profesora Leonela, sino también su espíritu humanista y comprometido durante muchísimos años con la obra educadora de la Revolución cubana.
Para tal efecto fue presentado también el libro De América soy hijo…Yo, sí puedo: crónica de una década de alfabetización audiovisual, de la autoría de la doctora Leonela Inés, publicado por la Editorial española (catalana) La Guerrilla Comunicacional en el 2013.
“El libro trata de mostrar, con la mayor veracidad posible, los hechos acaecidos, las acciones desarrolladas, los aspectos que pudieran convertirse en un útil material para la Pedagogía en especial, para la de los países donde se aplica el Programa de Alfabetización Cubano. Cada nuevo contenido en el texto va precedido de un exergo del más universal pedagogo cubano, José Martí, con la intención de dejar resumidas, en palabras especiales, la idea que se aborda”, explica la autora en las Palabras preliminares del volumen.
Ya en sus páginas interiores y, en específico, en el capítulo referido a Características del Programa Yo, sí puedo la autora expone, entre otras razones:
“Nuestro Programa se caracteriza por: la definición del objetivo de efectuar un proceso de enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura, en estrecha relación con la cartilla. En cada teleclase van los ejercicios que los alfabetizandos deben copiar y realizar, lo cual marca un ritmo al Programa; la dirección a un público con el que es necesario comunicarse a través de diferentes recursos televisivos armonizados: música, imágenes, gráficos y símbolos significativos; su diseño para grupos heterogéneos en lo etáreo y en cuanto a los intereses, necesidades y motivaciones; la concepción escenográfica dirigida a poblaciones humildes citadinas y rurales; la correspondencia del contenido con el país y contextos en los que se aplique (…)”
Una de las proyecciones de Yo, sí puedo como obra educativa universal, y del título presentado en especial, es el reconocimiento a la existencia de los pueblos latinoamericanos y caribeños, a partir de cada rincón en que habitan, al abarcar sus contenidos idiomáticos en español, inglés, portugués, creole, aymara, quechua, tetum, para que de esa forma perdure nuestra memoria histórica continental, nuestra riqueza identitaria —como aspiraron Martí, Bolívar y tantos otros patriotas—, y porque gracias a “los grandes amigos de Cuba ha sido posible esta gran obra”.
Durante el homenaje la profesora del ISRI Regla Caridad Díaz Hernández, dio lectura a un mensaje de agradecimiento del Gobierno de Nicaragua, que exponía:
“Nuestros pueblos han emprendido juntos la marcha hacia la eliminación del analfabetismo. Merecen ser conocidos y reconocidos. Esta es una de las pretensiones de esta obra, al divulgar una década de sueños, trabajo y realidades ayudando solidariamente a que aquellos hombres y mujeres sepan leer y escribir no sólo palabras, sino el contexto para transformarse. De América soy hijo… quiere resaltar el valor de las ideas y el compromiso de hombres de talla mayor como Fidel y Chávez, ideólogos y propulsores de Yo, sí puedo y en sentido general de la educación cubana, la que trata de rendir un modesto homenaje al más universal de los pedagogos cubanos José Martí, en el Aniversario 160 de su Natalicio”.
¡Gracias, Leonela, por tu infinita grandeza como educadora!
Nota
(1) José Martí. Obras completas. T.5. Cartas inéditas de José de la Luz. El Economista Americano, Nueva York, marzo de 1888.
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