Al cumplirse el nonagésimo primer aniversario del natalicio del compositor e intelectual cubano Carlos Fariñas Cantero, el Museo Nacional de la Música se ha vestido de gala para prestigiar una obra de gran significación para la cultura musical cubana.

Con la idea de preservar su memoria y fomentar el apego a su universo creativo la musicóloga Mariana Hevia Román, quien estudia el arsenal compositivo de tan relevante músico, fue la responsable de elaborar minuciosamente el guion del concierto y organizar, con el apoyo de los directivos y especialistas de la entidad, el catálogo de disposición documental expuesto en una de las salas de la magna sede del patrimonio musical cubano.

Con énfasis en la etapa fundacional de su labor profesional (1959-1965), durante el homenaje tuvo la primicia un elegante concierto a cargo de artistas de excelencia que mostraron la diversidad sonora de la creación musical de Fariñas. La cuerda lució en el escenario con la interpretación del Preludio y la Canción Triste en la Guitarra de Luis Manuel Molina.

 La intervención de la Dra. Isabel Monal otorgó altura a la velada. Foto: Tomada del MNM

El Coro de cámara Vocal Leo extasió a los presentes con la magia acústica de voces dulces y empaste inigualable en las difíciles composiciones No era nadie y Dos semanas, logradas gracias al empeño y maestría de su directora Corina Campos y a la profesionalidad de sus integrantes.

Cerró la velada musical recordando la Selección de los seis sones sencillos, el no muy conocido Son No. 7 y la compleja praxis pianística que reviste la Conga de julio, perfectamente alcanzada por la genial interpretación de Huberal Herrera.

La interpretación del concertista Luis Manuel Molina dio lucimiento al homenaje. Foto: De la autora

La narración ofrecida por la Dra. Isabel Monal Rodríguez, fundadora y primera directora del Teatro Nacional de Cuba, revistió de altura la velada tras varios minutos de honores a quien fuera su entrañable amigo y compañero durante la hermosa tarea de transformación cultural hacia la igualdad y el respeto por el bienestar del hombre durante los primeros años de Revolución.