Durante los días de la 33 Feria Internacional del Libro de La Habana 2025, en la sala José Antonio Portuondo del Complejo Histórico Militar Morro-Cabaña se presentó el Centro UNAM-Cuba, proyecto de colaboración entre la Universidad Autónoma de México y la Universidad de La Habana. Una delegación del país azteca participó en el encuentro junto a representantes de ambos planteles pedagógicos.
Una de sus integrantes atrapó y concentró la vista de todos. Vino ataviada con un vestido típico de las tantas etnias que moran en México. Fue invitada a leer su obra, conjunción de poesía y reflexión, un llamado a contemplar la cultura originaria y sus afluentes ancestrales, a la raíz de una cultura riquísima en tradiciones y costumbres; igualmente, al respeto y lugar justo de estos.
Es la primera visita a Cuba de la poetisa Ruperta Batista, representante de la etnia originaria tsotsil. Viene con un reconocido aval de importantes lauros, uno de ellos, el Premio Iberoamericano de Lenguas Indígenas. Es antropóloga social y educadora popular; traductora también. Ha llevado obras del panorama mundial de la literatura a su lengua natal y viceversa.
Ha leído el poema lorquiano “Grito a Roma”, traducido por ella a su lengua originaria del poblado tsotsil, ubicado en el sur del hermano país y uno de los sesenta y ocho dialectos indígenas que se hablan en México. Sorprendió a todos; se lleva las palmas cuando lo lee en español. En el texto original, Federico le está hablando a un Papa que fue cómplice de los peores momentos de la historia del siglo XX: el Papa Pío XII, prelado que había apoyado al fascismo y al nazismo. Lorca se encontraba en ese momento en New York y lanzó su grito de pesar al mundo.
El Centro UNAM-Cuba, proyecto de colaboración entre la Universidad Autónoma de México y la Universidad de La Habana, sostuvo un encuentro durante los días habaneros de la FILH 2025.
Leyó otro poema de su cuaderno poético Letras humildes, de la editorial El ala del tigre, de la UNAM, y recopilación de textos vinculados al movimiento armado de Chiapas, reclamo de los pueblos originarios por la inclusión y el reconocimiento de sus derechos. El auditorio vibró.
Terminada su intervención en un panel donde confluyeron abanderados de la región en llamado y clamor del Sur Global, me le acerco para unas palabras que la prisa de alguien intenta achicar, desplazar y quebrar, por la efímera pose de un selfie. La algazara que suele seguir a una actividad como esta, también pugna junto a la urgencia de ese alguien que quiere robar, sin proponérselo tal vez, el registro verbal de un reservorio ancestral como lo es Ruperta.
Así comienza nuestra conversación:
¿Quién es Ruperta Bautista?
Soy poeta, estudié Antropología Social; y además, educadora popular, lo que significa que no colaboro de manera oficial con el Estado mexicano. Colaboro en organizaciones civiles y en proyectos de educación en Chiapas, en el sur de México.
¿Primera vez en Cuba?
Sí.
¿Cómo llegas y te sientes en este país?
Mi corazón florece por estar en este gran país, Cuba. Llego invitada por diferentes instituciones de México y, fundamentalmente, por el Centro UNAM-Cuba.
De tu lectura y tu encargo para el pueblo cubano que, muy bien te aplaudió, háblanos un poco.
He venido para dar a conocer algunos textos que se han hecho coordinados por UNAM-Cuba y su trabajo de colaboración y promoción de nuestras culturas. El dar a conocer y llevar a su justo lugar a los pueblos originarios, es uno de sus objetivos. Represento a estas comunidades indígenas.
¿Qué significó traducir el poema de Lorca, resultó complicado?
Fue todo un reto, hay palabras del español difíciles de llevar al idioma tsotsil, no existen. Siendo García Lorca un gran poeta español, fue algo muy interesante llevarlo a mi lengua. Lo que más me llamó la atención del poema es que pareciera que la historia de este se repitiese en diferentes espacios; Lorca hablaba también de esas injusticias. En el momento de hacer la traducción, me emocionó mucho, fue fuerte para mí sentir esa cercanía que hay entre esas dificultades que imponen los humanos sobre otros. Fue súper interesante.
Escribí también un pequeño texto, retomando el título “Grito hacia Roma”, que nombré “Grito hacia los diferentes pueblos”.
También leyó un poema relacionado con el movimiento armado iniciado en Chiapas, muy bien recibido y aplaudido por el público...
Sí. Para nosotros fue muy importante, como pueblos originarios, el proceso vivido en Chiapas. En ese poema traté de contar y dialogar sobre ese proceso, lo que significó buscar el reconocimiento de nuestros derechos.
En usted y los textos leídos hay como un canto amoroso a la tierra, a esa génesis de humanidad y existencia primaria de los pobladores endémicos, una plegaria por el respeto a la autoctonía que, injustamente, ha sido replegada y está presente a las claras en su obra...
En realidad, en cada uno de mis textos, hablo justamente de eso que usted menciona que una vez nos quitaron. Desde la imposición española, lamentable es así y tengo que decirlo, los pueblos originarios en América Latina han estado oprimidos por un sistema político que se impone arbitrariamente sobre ellos y su gente, nosotros.
Mis textos buscan que nosotros mismos hablemos de nosotros y que no necesariamente seamos narrados por otros, no tenemos que depender de una lengua y de una historia ajena a nuestras raíces. Eso es lo que deseo y escribo. Los textos leídos aquí solo son un reflejo breve. Tengo otros escritos, como Telar luminario, donde escribo de nuestra historia como pueblos originarios. En Eclipse de la madre tierra, otro de mis libros, refiero que nosotros, como humanos, eclipsamos a la tierra.
Por eso escribe desde su lengua.
Así es, por el uso del tsotsil, esa es la lengua que yo hablo, en la que escribo, la que corre en mis venas y en mi historia.
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