La madrugada de este viernes la Casa de la Música de Miramar no cerró sus puertas, y recibió sus 20 años con la pista de baile al rojo vivo y el sonido de las mejores orquestas de salsa en Cuba. La Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (Egrem), quiso celebrar las dos décadas de vida de la primera de estas instalaciones en el país. ¿Resultado? Buena música, mejor baile y energía para derrochar.

Va por 20 fue el nombre con que la casa discográfica bautizó los festejos, a los que asistieron entre otros el Viceministro de Cultura Julio Ballester y Mario Escalona, director de la Egrem, e iniciaron con un reconocimientos a fundadores y artistas fieles, una “limpieza” que aportó el toque de folclor y una competencia de casino en la que no se hizo distinción de nacionalidades, y donde lo mismo bailó (tan bien o mejor que los cubanos) un japonés, que un peruano o un español.

Para el musicólogo e investigador Tony Pinelli, este espacio –al que siguieron otras sedes en La Habana Vieja, Varadero, Trinidad, Holguín y Santiago de Cuba- es heredero de aquellos clubes de la primera mitad del siglo XX donde se celebraban los llamados “tés danzantes” y tocaban las mejores orquestas de la época.

Mientras, para José Luis Cortés, El Tosco, uno de los primeros músicos cubanos que hizo suyo el escenario de esta casona de Miramar, ha sido un lugar que ha permitido que nuevas figuras hayan alcanzado notoriedad y la cifra de bailadores aumentado.

Yo quedé enamorado de esta Casa, dijo el flautista, quien lideró el gran concierto de la noche con NG La Banda, a quien siguieron El Niño y la Verdad, El Niño y la Verdad, Giraldo Piloto y Klimax, Manolito Simonet y su Trabuco, Leonel Limonta y Azúcar Negra, Adalberto Álvarez y su Son, Maykel Blanco y su Salsa Mayor, Pachito Alonso y sus Kini Kini, Pedrito Calvo, Elito Revé y su Charangón, junto a Bamboleo y Lazarito Valdés, Alexander Abreu y Havana D’ Primera, e Issac Delgado y su orquesta, quienes cerraron la fiesta.

Aunque tengamos otros proyectos, estas Casas de la Música siempre van a ser nuestras insignias, por su propósito de promover y rescatar el género popular bailable cubano, y alrededor de las que se ha creado también un movimiento que incluye la trova, a rumba y el rock, como expresiones musicales cubanas, aseguró Escalona, quien aseguró que estos será un adelanto de lo que vendrá en el verano.