La Ayagba de Cuba, La Reina, en lengua yoruba, ha sido llamada con justicia Zenaida Armenteros, una de las artistas más integrales con que ha contado nuestro país, de cuyo nacimiento se cumplen 94 años este 10 de enero.
Dentro de las paredes de su humilde hogar y en los rumbones que se realizaban en el habanero barrio de Carraguao, donde vio por vez primera la luz, aprendió los cantos y bailes que cimientan nuestra identidad, llevándolos luego por escenarios internacionales con el rigor, dignidad y humildad que todos le reconocen.
Desde pequeña tuvo inclinación por el arte, iniciándose en 1946 como cantante en la radio, la televisión, el cabaret y el cine, mas no fue hasta 1962 cuando con la creación del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba se le abrieron de par en par las puertas para canalizar su talento natural no solo en el canto, sino también en la actuación y la danza.
En la agrupación fundada por Rogelio Martínez Furé desempeñó con maestría los principales papeles en más de treinta obras, llegando a alcanzar las categorías de Primera Bailarina, Primera Cantante y Primera Actriz.
Con su voz grave y melodiosa ha interpretado los más variados géneros musicales, acumulando una amplia discografía en la que aparece el primer fonograma de habaneras grabado en nuestro país.
Asimismo, la docencia ha ocupado espacio en el amplio quehacer de esta artista, al transmitir sus experiencias como profesora, no solo en el propio Conjunto Folklórico Nacional, sino también en los Cursos de Verano de la Facultad de Arte Danzario del Instituto Superior de Arte y en la Academia Nacional de Canto Mariana de Gonitch.
En reconocimiento a la obra por ella realizada en casi seis décadas de vida artística, en 2005 le fue otorgado el Premio Nacional de Danza, al que se unen numerosas distinciones como la de Artista de Mérito de la Uneac, la Medalla Alejo Carpentier y el Diploma al Mérito Artístico que confiere el Museo Nacional de la Música, por solo mencionar algunas.
De síntesis de la identidad nacional ha sido calificada Zenaida Armenteros; también de baluarte del Conjunto Folklórico Nacional de Cuba donde su legado, su ejemplo, serán siempre fuente de inspiración para las actuales y futuras generaciones.
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